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La escuela influye en la formación del hábito lector

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De todos es conocida la importancia que reviste, para el desarrollo integral de la persona, aprender a leer. Esta es una destreza que abre las puertas a todo tipo de aprendizajes durante la vida. Sin embargo, no basta con ello; también es necesario adquirir el hábito lector porque solo a través de este, las personas valorarán la lectura como una acción que debe realizarse permanentemente y no únicamente para resolver situaciones momentáneas.

La Dirección General de Evaluación e Investigación Educativa –DIGEDUCA– a través del Departamento de Investigación, realizó el estudio Variables que inciden en la adquisición de hábitos de lectura de los estudiantes “para conocer qué es lo que despierta el interés hacia la lectura en aquellos estudiantes que disfrutan leer y leen constantemente en casa como en la escuela y sobre todo, de forma voluntaria”.[1]

El estudio, de tipo cuantitativo, se realizó con estudiantes de los niveles de Educación Primaria (primero, tercero y sexto grados) y Secundaria (3º Básico y 4º Diversificado), en los departamentos de Guatemala, Huehuetenango, Jalapa y Quiché, con la participación de 2,240 estudiantes, 235 docentes y 105 directores. La información se recolectó por medio de cuestionarios para cada grupo.

La DIGEDUCA presenta algunos hallazgos de ese estudio, así como información acerca del hábito lector y cómo puede influir el docente en la formación de este en los estudiantes.

El Currículo Nacional Base, propone como una de las competencias marco, que el egresado del Nivel de Educación Media: “Manifiesta capacidades, actitudes, habilidades, destrezas y hábitos para el aprendizaje permanente en los distintos ámbitos de la vida.”

Para desarrollar esa competencia es importante adquirir el hábito de leer.

Resultados del estudioEditar

Variables que inciden en la adquisición de hábitos de lectura de los estudiantes: El estudio reportó resultados útiles para la implementación de estrategias en la formación del hábito lector en todos los estudiantes.Para conocer otros resultados, puede consultar el informe técnico en http://www.mineduc.gob.gt/DIGEDUCA.

Objetivo por el que leen los estudiantes

El mayor interés de los estudiantes por la lectura se centra en aprender y el más bajo, también en todos los grados, es por divertirse. Esta es una debilidad que debe fortalecerse, pues el hábito lector se evidencia cuando la lectura se realiza de forma espontánea y cuando no reporta utilidad.

Gráfica 1

Gusto por la lectura

9 de cada 10 estudiantes de los distintos grados evaluados, manifestaron que les gusta leer. Esta es una fortaleza con la que todos los estudiantes cuentan en el momento de proponerse la adquisición del hábito lector.

Gráfica 2

Bibliotecas escolares

7 de cada 10 directores de Educación Primaria y de Diversificado reportaron tener biblioteca en el establecimiento y 4 de cada 10 de Educación Básica, informaron tenerla.

La implementación de bibliotecas escolares y su adecuado uso, es un recurso indispensable para ayudar a los estudiantes a adquirir hábitos lectores.

Hábito lectorEditar

Según el DRAE, hábito es un modo especial de proceder o conducirse, adquirido por repetición de actos iguales o semejantes. Los hábitos son un medio y un objetivo de la educación porque por ellos se desarrollan actitudes y estilos que configuran la personalidad de cada individuo.[2]

La adquisición de hábitos requiere que la persona:

  • Sea consciente de que se está proponiendo desarrollarlo.
  • Tenga razones para adquirirlo y comprenda su necesidad.
  • Que sea capaz de realizarlo espontáneamente y de manera permanente.

En el caso de la lectura, Cerillo (2002)[3] explica que desde el punto de vista del proceso de socialización de la persona, el hábito lector se define como una conducta estable que la lleva a elegir leer libremente con el fin de ocupar parte de su tiempo de ocio, lo que supone que quien posee el hábito de leer, recurre a ella de forma regular y por voluntad propia, no solo para aprender, sino como un medio de entretenimiento.

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Contribuye en la formación del hábito lector:

  • Leer por leer, diferenciando claramente la lectura obligatoria de la lectura voluntaria.
  • Orientar la lectura que el estudiante realiza fuera del ámbito escolar.
  • Coordinar y facilitar la selección de lecturas según la edad y los intereses de sus destinatarios, que no significa proponer libros de fácil lectura, sino que por el contrario, supongan un reto para el lector.
  • Reflexionar y comentar con otros lectores el contenido de los libros leídos.
La lectura de obras literarias incide en el rendimiento escolar

Gil (2011)[4], evidencia en el estudio Hábitos lectores y competencias básicas en el alumnado de educación secundaria obligatoria, en el que participaron 82,961 estudiantes andaluces, que los “mayores niveles de desarrollo en las competencias básicas del alumnado se registran cuando los sujetos poseen el hábito de leer como forma de experiencia literaria, dirigida fundamentalmente al disfrute personal. En cambio, la realización frecuente de una lectura instrumental, orientada a la adquisición de información, a la comunicación o a la participación en diferentes contextos, no se corresponde del mismo modo con altos niveles de aprendizaje.”

El docente como mediador en la formación del hábito lectorEditar

Cerillo y Cañamares (2008)[5], proponen aspectos claves en la formación del hábito lector que incluyen a los docentes, los estudiantes y los textos.

Todo docente ejerce la función de mediador entre los libros y el lector. Eso significa facilitar el encuentro del lector con el libro. Para ser mediador, el docente necesita:

  • Ser un lector habitual, es decir, poseer el hábito de leer.
  • Compartir y transmitir el gozo por la lectura.
  • Creer en su trabajo de mediador: comprometerse y entusiasmarse con él.
  • Poseer una mínima formación literaria, psicológica y didáctica.

ReferenciasEditar

  1. Del Valle, M. (2012) Variables que inciden en la adquisición de hábitos de lectura en los estudiantes. Guatemala: Dirección General de Evaluación e Investigación Educativa, Ministerio de Educación.
  2. García Hoz, V., Alcázar, J. A., Barrio, J. M., Bernal, A., et. al. (1997) Glosario de Educación Personalizada. Índices. V. 33. España: Rialp.
  3. Cerillo. P. (2002) Libros, lectores y mediadores: la formación de los hábitos lectores como proceso de aprendizaje. Cuenca: Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha.
  4. Gil, J. (2011). “Hábitos lectores y competencias básicas en el alumnado de Educación secundaria obligatoria”. Revista Educación XXI. Madrid: UNED-Facultad de Educación http://www.uned.es/educacionXX1/pdfs/14-01-05.pdf.
  5. Cerillo, P. y Cañamares C. (8 de julio 2008). Recursos y metodología para el fomento de la lectura. Recuperado el 17 de enero de 2013, en http://www.educacion.gob.es/ revista-cee/pdf/n8-cerrillo-torremocha.pdf

Habilidad, facilidad o arte para hacer algo bien hecho.

Fase de desarrollo o puesta en práctica de un currículum o programa educativo. Comprende el conjunto de procesos encaminados a adaptar el plan innovador. Puede ser juzgada en función de su “fidelidad” al diseño oficial o, por el contrario, por la adaptación propia que se hace a los contextos específicos.