Busca en cnbGuatemala con Google

Los estudiantes deben practicar la comprensión de textos que se encuentran en la vida cotidiana.

Resultados de investigaciónEditar

La capacidad para leer en idiomas adicionales textos que se encuentran en la vida cotidiana es una habilidad crucial que los estudiantes deben alcanzar. Leer, como escuchar, es un proceso interactivo. Los estudiantes necesitan dominar destrezas “abajo-arriba”: reconocer letras, entender palabras y frases, y comprender oraciones (ver también el principio 5); pero al mismo tiempo, el proceso “arriba-abajo” es también importante para la comprensión lectora porque el conocimiento de base permite a los lectores entender un párrafo y captar el significado de una palabra o frase no conocida. Los lectores eficientes utilizan ambas estrategias, “abajo-arriba” y “arriba-abajo”; el uso de una de ellas compensa las lagunas de comprensión de la otra. Por ello, los profesores deben proporcionar instrucción en ambos tipos de estrategias en un programa de lectura comprensiva.

Los lectores más hábiles pueden adaptar su velocidad de lectura a su propósito y al texto. Algunas veces leen lenta y cuidadosamente todo un párrafo buscando las ideas principales, detalles, inferencias e implicaciones. Otras veces ojean rápidamente un texto para localizar los puntos principales o para responder a una pregunta. Se deben enseñar ambas formas de trabajar. Para adquirirlas, los estudiantes necesitan leer una amplia variedad de textos naturales, tanto literarios como no literarios, académicos como no académicos, formales e informales. Por ello, un programa de enseñanza de lectura no debe incluir solamente textos de lectura tradicionales, sino también otros como mapas, horarios, menús o signos. Finalmente, un curso de lectura debe incluir tanto lectura intensiva, llevada a cabo en el aula enfatizando destrezas lectoras específicas, como extensiva, realizada por los estudiantes fuera del aula, y que proporciona oportunidades adicionales de desarrollo de habilidades lectoras (competencia lectora).

En el aulaEditar

De estos hallazgos de las investigaciones se pueden derivar varias estrategias generales de enseñanza:

  1. Enseñar habilidades de lectura tipo “abajo-arriba”, como el procesamiento rápido de palabras y frases comunes, y llamar la atención sobre expresiones retóricas como “sin embargo” y “por lo tanto”.
  2. Revisar conocimientos previos sobre el tema antes de leer un texto.
  3. Utilizar textos con lenguaje natural como material de lectura y seleccionar material que se corresponda con diferentes tipos de lectura con los que el estudiante se va a encontrar.
  4. Enseñar estrategias de lectura apropiadas para los textos y las tareas de la vida cotidiana: extraer el significado general de una lectura, buscar información específica, entender inferencias e implicaciones, hojear, explorar, etc.
  5. Proporcionar abundantes oportunidades para leer, tanto dentro como fuera del aula.

ReferenciasEditar

  1. Aebersold, J. y M. Field. 1997. From Reader to Reading: Issues and Strategies in Second Language Classrooms. Cambridge: Cambridge University Press.
  2. Anderson, N. 1999. Second Language Reading: Issues and Strategies. Boston: Heinle and Heinle.
  3. Day, R. y J. Bamford. 1998. Extensive Reading in the Second Language Classroom. Cambridge: Cambridge University Press.

Término utilizado, a menudo, como un saber hacer. Se suele aceptar que, por orden creciente, en primer lugar estaría la habilidad, en segundo lugar la capacidad, y la competencia se situaría a un nivel superior e integrador. Capacidad es, en principio, la aptitud para hacer algo. Todo un conjunto de verbos en infinitivo expresan capacidades (analizar, comparar, clasificar, etc.), que se manifiestan a través de determinados contenidos (analizar algo, comparar cosas, clasificar objetos, etc.). Por eso son, en gran medida, transversales, susceptibles de ser empleadas con distintos contenidos. Una competencia moviliza diferentes capacidades y diferentes contenidos en una situación. La competencia es una capacidad compleja, distinta de un saber rutinario o de mera aplicación.

Capacidad o destreza para hacer algo bien o con facilidad.

Aplicar estrategias para entender y recordar. Implica estar en capacidad de comunicar lo que se ha leído y escuchado.

Combinación de dos o más palabras usadas con valor comunicativo. La frase puede ser parte de una oración o usarse de manera independiente.

Conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente (DRAE). Facultad que sirve para establecer comunicación en un entorno social, se le considera como un instrumento del pensamiento para representar, categorizar y comprender la realidad, regular la conducta propia y de alguna manera, influir en los demás.