De la masculinidad a las nuevas masculinidades

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Actividad 18: Por cada mujer hay un hombre

Objetivo
Analizar la masculinidad tradicional desde la desigualdad y la discriminación.

Temporalización
30 minutos.

Recursos
Copias de los dos textos, papel carta, lapiceros, papelógrafos y marcadores.

Desarrollo de la actividad
Contexto

Hace algunos años circuló por internet de forma anónima el primer texto copiado abajo. El texto se hizo viral teniendo buena aceptación porque se creía que mostraba que los hombres también sufren las consecuencias del patriarcado. Sin embargo, las personas que trabajan en masculinidades no estaban muy satisfechas con él porque les parecía que no hablaba de las desigualdades, ni del sufrimiento que genera la subordinación que el sistema patriarcal impone a las mujeres. Entonces, algunos reconocidos especialistas en masculinidades (Luis Bonino, Dani Leal, José Ángel Lozoya y Peter Szil) reescribieron el texto, que es el segundo que se encuentra más abajo.

Se reparte a los asistentes en parejas y se les da una copia del primer texto y se les pide que lo lean y expresen qué les parece lo que dice. Se realiza una puesta en común y la o el facilitador/a deberá tomar nota en pizarrón o en un papelógrafo de las ideas principales que salgan. Después se entrega a cada pareja una copia del segundo texto y se les pide que lo lean y analicen qué les parece lo que dice y qué diferencia encuentran con el anterior. Tras la puesta en común se comparte el contexto de la historia con las y los participantes.

TEXTO 1:

POR CADA MUJER HAY UN HOMBRE

Por cada mujer fuerte, cansada de tener que aparentar debilidad,

hay un hombre débil cansado de tener que parecer fuerte.

Por cada mujer cansada de tener que actuar como una tonta,

hay un hombre agobiado por tener que aparentar saberlo todo.

Por cada mujer cansada de ser calificada como “hembra emocional”

hay un hombre a quien se le ha negado el derecho a llorar y a ser delicado.

Por cada mujer catalogada de poco femenina cuando compite,

hay un hombre que se ve obligado a competir para que no se dude de su masculinidad

Por cada mujer cansada de sentirse un objeto sexual,

hay un hombre preocupado por aparentar que está siempre dispuesto.

Por cada mujer que se siente atada por sus hijos,

hay un hombre a quien se le ha negado el placer de la paternidad.

Por cada mujer que no ha tenido acceso a un trabajo o salario satisfactorio,

hay un hombre que debe asumir la responsabilidad económica de otro ser humano.

Por cada mujer que desconoce los mecanismos de un automóvil,

hay un hombre que no ha aprendido los secretos del arte de cocinar.

Por cada mujer que da un paso hacia su propia liberación,

hay un hombre que redescubre el camino a la libertad.

TEXTO 2:

POR CADA MUJER HAY UN HOMBRE

Por cada mujer cansada de tener que aparentar debilidad,

hay un hombre que disfruta de protegerla esperando sumisión.

Por cada mujer cansada de tener que actuar como una tonta,

hay un hombre que aparenta saberlo todo porque eso le da poder.

Por cada mujer cansada de ser calificada como “hembra emocional”

hay un hombre que aparenta ser fuerte y frío para mantener sus privilegios.

Por cada mujer catalogada de poco femenina cuando compite,

hay un hombre al que no le importa pisar a quien sea con tal de ser el primero.

Por cada mujer cansada de sentirse un objeto sexual,

hay un hombre que disfruta utilizando a las mujeres para su placer.

Por cada mujer que se siente atada por sus hij@s,

hay un hombre que disfruta de tiempo libre a toda costa.

Por cada mujer que no ha tenido acceso a un trabajo o salario satisfactorio,

hay un hombre que se aprovecha del trabajo gratuito hecho en casa y que no mueve un dedo para reivindicar la igualdad de derechos laborales de la mujer.

Por cada mujer que desconoce los mecanismos de un automóvil,

hay un hombre que cuando llega en coche a casa tiene mesa y mantel puesto.

Por cada mujer que da un paso hacia su propia liberación,

hay un hombre que tiene miedo de perder su lugar privilegiado ante ella.

Por cada mujer que es víctima de violencia en el hogar,

hay un hombre que la ejerce y lo niega, presentándose como víctima de las “provocaciones” o el “abuso psicológico” femenino

y muchos otros que miran hacia otro lado en un silencio cómplice.

Por cada mujer que confía en que los hombres quieren la plena igualdad de derechos,

hay cientos de hombres confiando en que “todo cambie un poco para que todo siga igual”.

Si queremos que las cosas cambien y desaparezcan las desigualdades, dejémonos de autocomplacencias masculinas y asumamos nuestras responsabilidades.

Fuente: http://www.hombresigualdad.com/por_%20cada_mujer_un_hombre.htm

Preguntas generadoras para el análisis

  • ¿Cómo se sintieron al leer los textos? ¿se sintieron igual al leer el primero que el segundo?
  • ¿Creen que ambos textos muestran la desigualdad y la discriminación? ¿qué se trabaja en cada texto?
  • ¿Qué opinan del mensaje final que da el segundo texto?

Ser hombre también se aprende a través del proceso de socialización de género que se vio previamente. La masculinidad tradicional androcéntrica o masculinidad hegemónica comprende todo un conjunto de valores, ideas y actitudes que dotan al hombre de ciertos privilegios que le permiten tener poder y un mayor acceso a los recursos y a las oportunidades, así como a la posibilidad de supremacía y control sobre las mujeres. Para imponer el poder se tienen herramientas que lo materializan como la opresión, la imposición y la violencia en sus distintas manifestaciones. Los hombres ostentan el poder en todas las dimensiones de la vida, social, política, económica y personal.

Las que sufren principalmente las consecuencias de esta construcción patriarcal del mundo y de la masculinidad son las mujeres. Sin embargo, los hombres también son afectados por esta representación de la masculinidad con la que deben encajar socialmente. Los hombres deben ser fuertes, viriles, valientes, competentes, buscar el éxito, liderar, no dejarse intimidar ni doblegarse ante el riesgo, el dolor o el miedo. Esto genera un primer problema y es el efecto sobre la salud, tanto de enfermedades mentales y adicciones derivadas de la falta de educación en la expresión de las emociones, como de daños en la integridad física derivadas de la realización de conductas de riesgo.

La buena noticia es, que, dado que la masculinidad es aprendida, también se puede cambiar. Desde hace más de dos siglos, las mujeres han cuestionado su posición en el mundo y cómo la sociedad y la cultura les dice qué deben ser, asumiendo un fuer te compromiso en la deconstrucción de la identidad femenina hacia modelos más igualitarios. Sin embargo, en paralelo con este proceso, los hombres han cuestionado estos cambios resistiéndose a modificar su lugar en el mundo. Además, la historia, e incluso el lenguaje, han diluido el ser mujer dentro de lo masculino, que se considera lo neutro y la norma que rige todas las cosas, lo no cuestionable. Entonces, si lo masculino es la norma, el análisis de la femineidad puede considerarse como una desviación innecesaria de la misma.

Por otra parte, se percibe a las mujeres como origen y fin del problema, es decir, si ellas no están conformes con cómo funcionan las cosas y son ellas las que experimentan el malestar, el problema es de ellas y por lo tanto son ellas las que deben ver cómo resolverlo y contentarse. La explicación es sencilla, tender a un modelo de masculinidad más igualitaria implica renunciar a privilegios adquiridos desde el nacimiento por el solo hecho de ser hombre y perder el poder para compartir en igualdad con las mujeres. Asumir los privilegios es una opción, no una obligación, sin embargo, la sociedad patriarcal también censura duramente a los hombres que tienen la valentía de transgredir la norma.

La educación juega un papel fundamental en el desarrollo de la capacidad de cuestionamiento y reflexión, fomentando otras maneras de vivir la masculinidad, pues la igualdad no será posible hasta que a la par de los cambios que ha sufrido la identidad femenina, la identidad masculina cambie. Para que esto sea posible el propio cuerpo docente debe estar sensibilizado y capacitado para educar en igualdad.

Para reflexionar...

Un hombre comienza a ser interesante cuando aprende a dudar- Carmen Rico- Godoy.

¿Qué posición están adoptando los hombres ante las nuevas mujeres? ¿cómo reaccionan? ¿qué respuestas están dando?

Según Luis Bonino, director del Centro de Estudios de la Condición Masculina, las reacciones de los hombres ante los cambios de las mujeres se pueden agrupar en:

  • Los que son contrarios a los cambios de las mujeres, ya sea porque por edad (más de 55 años) pertenecen a una generación con una educación tradicional muy arraigada, y los más jóvenes (menos de 21 años) que visualizan a las mujeres como competidoras por los recursos y las oportunidades y por tanto como una amenaza. Suelen negar la existencia de la desigualdad y se sienten víctimas y agredidos ante las mujeres que defienden sus derechos ante ellos, utilizando en ocasiones la violencia para “ubicarlas en el lugar que las corresponde”. Interpretan las reivindicaciones de las mujeres como actos de locas e histéricas que sólo buscan alterar el orden natural de las cosas.
  • Los que están a favor de los cambios. Generalmente son hombres jóvenes, con estudios superiores, solteros y sin hijos, urbanos y que mantienen relaciones con mujeres profesionales con una proyección en el ámbito público. Constatan la desigualdad y suelen estar dispuestos a cambiar hacia modelos más igualitarios, no sintiendo además una especial identificación con el rol tradicional de masculinidad.
  • Los que asumen un rol pasivo dejando que las mujeres se encarguen de todo. Este también es un posicionamiento que fomenta la desigualdad dado que las mujeres asumen responsabilidades tradicionalmente masculinas, pero los hombres no asumen la corresponsabilidad que ello implica, con lo que se produce una sobrecarga de tareas para las mujeres.

Un nuevo modelo más igualitario es posible, pero supone que de la mano de los cambios que ha experimentado la feminidad, cambie la masculinidad. Este proceso de deconstrucción pasa por un cuestionamiento de la propia forma de vida, de los hábitos, de la forma de relacionarnos con las personas del propio sexo y del sexo contrario y la imagen que se tiene de los hombres y de las mujeres. Mientras que las mujeres desde hace décadas aprendieron que el asociacionismo y la lucha colectiva son imprescindibles para poder hacer incidencia, que los hombres se asocien y se unan para reclamar un cambio de la masculinidad tradicional hacia la igualdad y resignifiquen la experiencia de lo que quiere decir y representa ser hombre, todavía es una tarea pendiente.

Nuevas masculinidades

Es un paradigma que cuestiona y analiza los efectos negativos que tiene para los propios hombres las características de la masculinidad tradicional, ya que perjudican su bienestar personal, inhibe la expresión de sus emociones, lo que genera dolor e incluso aislamiento, y en algunos casos los hace vulnerables ante conductas de riesgo y el uso de la violencia para relacionarse y resolver conflictos. A través de este análisis se pretenden deconstruir los modelos de masculinidad tradicional para generar modelos de ser hombre más igualitarios y saludables.

Fuente: Guía de trabajo en nuevas masculinidades para jóvenes fuera de la escuela. Proyecto USAID Leer y Aprender. Guatemala, 2016.

Actividad 19: Yo soy un HeForShe (n.d.e.: ElPorElla)

Objetivo
Analizar las reflexiones de hombres que cuestionan el modelo patriarcal.

Temporalización
30 minutos. 15 minutos para el análisis y otros 15 para la puesta en común.

Recursos
Video

Desarrollo de la actividad
Se reparte a las y los asistentes en grupos y se proyecta el video. Los grupos deberán analizar los mensajes del video en base a los siguientes puntos.

  • Visión de la desigualdad de género.
  • Posicionamiento como hombres para el cambio.
  • Propuestas en pro de la igualdad.
  • Razones por las que los hombres del video deciden ser HeForShe.

Preguntas generadoras para el debate

  • ¿Qué es lo que más les ha impactado?
  • ¿Qué podemos hacer nosotros para que las cosas cambien y nuestra sociedad sea más igualitaria?

(En fonología) Destrezas fonológica que consiste en distinguir los distintos “sonidos” o fonemas.

Es un documento funcional, generalmente breve, que sirve para comunicarse por escrito en situaciones de la vida cotidiana.

El género es un conjunto de valores, creencias e ideas sobre los comportamientos y actividades que en una determinada cultura son adecuados para las mujeres y los que son adecuados para los hombres, es decir, su identificación con la femineidad y con la masculinidad.

Término introducido por Le Boterf, entendido como los conocimientos, procedimientos y actitudes que es preciso emplear para resolver una situación. Unos son recursos internos, que posee la persona, tales como conocimientos, procedimientos y actitudes

Conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente (DRAE). Facultad que sirve para establecer comunicación en un entorno social, se le considera como un instrumento del pensamiento para representar, categorizar y comprender la realidad, regular la conducta propia y de alguna manera, influir en los demás.

Término utilizado, a menudo, como un saber hacer. Se suele aceptar que, por orden creciente, en primer lugar estaría la habilidad, en segundo lugar la capacidad, y la competencia se situaría a un nivel superior e integrador. Capacidad es, en principio, la aptitud para hacer algo. Todo un conjunto de verbos en infinitivo expresan capacidades (analizar, comparar, clasificar, etc.), que se manifiestan a través de determinados contenidos (analizar algo, comparar cosas, clasificar objetos, etc.). Por eso son, en gran medida, transversales, susceptibles de ser empleadas con distintos contenidos. Una competencia moviliza diferentes capacidades y diferentes contenidos en una situación. La competencia es una capacidad compleja, distinta de un saber rutinario o de mera aplicación.

Se refiere a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, las cuales vienen dadas por los cromosomas, las gónadas, las hormonas y los órganos sexuales. Es la corporalidad, el funcionamiento y forma del cuerpo. Es algo innato, biológico, que cambia de forma y funcionamiento de acuerdo a la edad.