Empoderamiento

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Para reflexionar...

En nuestra sociedad, ¿son mujeres o son hombres quienes se preocupan por las desigualdades entre mujeres y hombres? ¿Qué cosas debemos fortalecer en las mujeres para hacer posible su desarrollo integral como personas?

El empoderamiento es un término que surge en la Conferencia Mundial de las Mujeres de Beijing (1995) como una estrategia para alcanzar la equidad y la igualdad. Esta palabra tiene dos dimensiones. En un contexto en el que las mujeres se encuentran en desventaja por las barreras de género existentes, el empoderamiento es el proceso de toma de conciencia del poder que ostentan las mujeres, tanto a nivel individual como colectivo, para que a través de la adquisición o refuerzo de sus capacidades y estrategias puedan poner en valor y recuperar su dignidad como seres humanos y alcanzar una vida autónoma.

Para ello es fundamental la colaboración entre las mujeres y los lazos de sororidad. Por otra parte, es un objetivo, ya que el empoderamiento se concibe como un medio para aumentar la participación de las mujeres en la toma de decisiones y en el acceso a niveles de poder. Esto implica participar en términos de igualdad en el acceso a los recursos, el reconocimiento pleno de sus derechos y su desarrollo integral como personas, libres de violencia y en igualdad.

Una definición más detallada de empoderamiento recoge:“es el proceso en el que los sujetos desposeídos, dependientes, interiorizados, discriminados, excluidos, marginados u oprimidos, tales como las mujeres, adquieren, desarrollan, acumulan y ejercen habilidades, formas de expresión, destrezas, tecnologías y sabidurías de signo positivo, necesarias para generar o incrementar su autonomía y su independencia [...] supone la modificación de las desigualdades de género de los sujetos; se encamina hacia la transformación de las jerarquías en las relaciones e implica el mejoramiento de la calidad de vida[1].”

De las definiciones podemos extraer que el empoderamiento se conforma de tres elementos.

La sororidad es una dimensión ética, política y práctica del feminismo contemporáneo. Es una experiencia de las mujeres que conduce a la búsqueda de relaciones positivas y a la alianza existencial y política, cuerpo a cuerpo, subjetividad a subjetividad con otras mujeres para contribuir con acciones específicas a la eliminación social de todas las formas de opresión, lograr el poderío genérico de todas y el empoderamiento vital de cada mujer. La sororidad trata de acordar, de manera limitada y puntual, algunas cosas con cada vez más mujeres. Sumar y crear vínculos. Asumir que cada una es un eslabón de encuentro con muchas otras.

Marcela Lagarde y de los Ríos.

  1. Tomar conciencia de la situación de subordinación en la que viven las mujeres, así como de su valía y su poder transformador.
  2. La capacidad de tomar decisiones activas, en libertad y de organizarse para reivindicar derechos.
  3. Tomar acción para identificar sus necesidades e intereses y transformar las relaciones, normativas y estructuras que perpetúan la desigualdad y les mantienen en una situación de subordinación.

Para lograr el empoderamiento es necesario distinguir entre:

  • Necesidades prácticas. Tienen relación con las condiciones materiales en que viven las mujeres y su acceso a los recursos. Por ejemplo, si en una aldea donde no hay agua entubada, las mujeres son las encargadas de ir diariamente al río a llenar los cántaros, será una necesidad práctica que se lleve el agua hasta la aldea a través de una fuente pública que facilite el acceso a un recurso básico para ellas y sus familias.
  • Intereses estratégicos. Son aquellos que modifican la posición de las mujeres dentro de la sociedad a la que pertenecen. Tienen relación con cambios sociales que buscan reducir la situación de desventaja y desigualdad en que se encuentran. Por ejemplo, cuando se impide a las mujeres acceder a determina dos trabajos por el hecho de serlo o cuando reciben menos salario por desarrollar el mismo trabajo que los hombres.
Actividad 17: Plan de igualdad

Objetivo
Realizar análisis de género.

Temporalización
45 minutos. 25 para el análisis y 20 para la puesta en común.

Recursos
Tarjetas, papelógrafos, marcadores, masking tape.

Desarrollo de la actividad
Se les dice que tienen la misión de aportar insumos para la realización de un plan de igualdad en su municipio. A cada grupo se le da una tarjeta con un área de intervención. Cada grupo debe analizar la situación de las mujeres y de los hombres en su municipio identificando las situaciones que provocan desigualdad de género. ¿Cuáles son las necesidades prácticas y/o intereses estratégicos sobre los que se necesita trabajar? Una vez que los detecten, hay que definir los objetivos, así como las acciones que podrían ayudar a alcanzar esas necesidades y esos intereses.

  • Educación
  • Salud
  • Participación
  • Medio ambiente
  • Servicios
  • Urbanismo
  • Empleo
  • Otros que las y los asistentes propongan

Preguntas generadoras para el análisis

  • Entre los objetivos y actuaciones propuestas ¿hay alguna que les resulte especialmente acertada? ¿Por qué?
  • Entre los objetivos y las actuaciones propuestas ¿hay alguna que consideren inadecuada? ¿Por qué?
  • ¿Qué otros objetivos y actuaciones incluirían para conseguir la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres?
  • ¿Qué otros organismos o entidades piensan que son necesarios para poner en marcha las actuaciones?
  • ¿Fue fácil o difícil esclarecer necesidades prácticas e intereses estratégicos de las mujeres y de los hombres y revisar qué impacto pueden tener sus respectivas acciones en los otros? ¿Por qué?
  • ¿Por qué es útil tener un plan de igualdad en las municipalidades?

Hay dos conceptos clave para operativizar las acciones que buscan la equidad y el empoderamiento de las mujeres y asegurar su incorporación en acciones, planes, proyectos, programas y políticas: la perspectiva de género y la transversalización de género (mainstreaming). El primero de ellos implica identificar, cuestionar, reflexionar, analizar y tener en cuenta las diferencias y desigualdades entre mujeres y hombres, así como sus distintas situaciones de partida, necesidades básicas e intereses estratégicos a la hora de diseñar y planificar cualquier actividad, proyecto, programa o política. Para ello hay tres procesos fundamentales que se deben llevar a cabo:

  • Análisis de género. Es una herramienta de las ciencias sociales utilizada para identificar, comprender y explicar las brechas entre hombres y mujeres que existen en hogares, comunidades y países. También se utiliza para identificar la relevancia de las normas de género y las relaciones de poder en un contexto específico. Algunos de los temas sobre los que se debe realizar análisis de género son leyes, políticas, regulaciones y prácticas institucionales; creencias y normas culturales; roles de género, responsabilidades y uso del tiempo; acceso y control sobre los activos y recursos; patrones de poder y toma de decisiones.
  • Evaluación del impacto en función del género. Debe prever y medir los efectos de la acción sobre las brechas y barreras en la participación de hombres y mujeres, las diferencias en el estatus de mujeres y hombres y los posibles efectos diferenciados que podrían tener sobre hombres y mujeres.
  • Indicadores de género[2] Son medidores específicos que permiten evidenciar, caracterizar y cuantificar las desigualdades existentes entre mujeres y hombres, así como verificar sus transformaciones. Los indicadores sensibles al género se centran en señalar los cambios en el estatus y rol de las mujeres y de los hombres en distintos momentos, y medir si se está contribuyendo a minimizar las desigualdades identificadas con las acciones planificadas. El cálculo de indicadores de género debe hacerse, siempre que sea posible y pertinente, para mujeres y hombres, por lo que contar con estadísticas desagregadas por sexo es un aspecto crucial y es el punto de partida. Contar con una visión integral de la realidad de las mujeres es vital, por tanto, serán precisos indicadores cuantitativos y cualitativos.

El segundo de ellos, la transversalización de género (mainstreaming), se definirá a partir del concepto que utiliza la Comisión Europea (1996): “Es la integración de la perspectiva de género en todas las fases del proceso de las políticas: diseño, implementación, seguimiento y evaluación, con el objetivo de promover la igualdad entre mujeres y hombres. Significa evaluar cómo inciden las políticas en la vida y posición de mujeres y hombres responsabilizándose de su modificación si fuera necesario. Esta es la manera de hacer de la igualdad de género una realidad concreta en la vida de mujeres y hombres, creando espacios comunes tanto en las organizaciones como en las comunidades para contribuir a articular una visión compartida del desarrollo humano sostenible, transformándolo en una realidad”.

Hay razones de peso para incorporar el enfoque de género en los proyectos.

  • Políticas. Existe un marco internacional y nacional, así como lineamientos de cooperantes y donantes que señalan que la igualdad de género es una prioridad y que sin ella no es posible un modelo social de desarrollo sustentable.
  • Económicas. Mientras las mujeres no tengan acceso a los recursos y a las oportunidades seguirán constituyendo un talento humano subutilizado que no contribuye, desde lo público, al desarrollo social. Si bien el trabajo de cuidado y del hogar ahorra recursos a los Estados, mantiene una estructura de desigualdad. Además, invertir en las mujeres tiene como consecuencia mejorar las condiciones de vida y el desarrollo integral de sus hijas e hijos.
  • Ética. La igualdad de género es fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los Derechos Humanos. Es también un elemento fundamental de justicia social para alcanzar la igualdad real. No es posible el progreso de una sociedad en el que se mantiene sometida a la mitad de la ciudadanía.
  • Técnicas. La igualdad de género es fundamental para mejorar las intervenciones que se realizan desde los programas y proyectos. Estas intervenciones nunca son neutras, tienen una repercusión sobre la vida de los hombres y de las mujeres, por ello es fundamental tener en cuenta las necesidades e intereses de unas y otros en todas las fases del ciclo del proyecto.
El empoderamiento
Empoderamiento.png

Notas[editar | editar código]

  1. CAZES, Daniel La perspectiva de género. Guía para diseñar, poner en marcha, dar seguimiento y evaluar proyectos de investigación y acciones públicas y civiles. Consejo Nacional de Población, CONAPO, México, mayo de 1998.
  2. Guía para la transversalización de la perspectiva de género. Secretaría General Iberoamericana. 2017.

El género es un conjunto de valores, creencias e ideas sobre los comportamientos y actividades que en una determinada cultura son adecuados para las mujeres y los que son adecuados para los hombres, es decir, su identificación con la femineidad y con la masculinidad.

Término introducido por Le Boterf, entendido como los conocimientos, procedimientos y actitudes que es preciso emplear para resolver una situación. Unos son recursos internos, que posee la persona, tales como conocimientos, procedimientos y actitudes

Término utilizado, a menudo, como un saber hacer. Se suele aceptar que, por orden creciente, en primer lugar estaría la habilidad, en segundo lugar la capacidad, y la competencia se situaría a un nivel superior e integrador. Capacidad es, en principio, la aptitud para hacer algo. Todo un conjunto de verbos en infinitivo expresan capacidades (analizar, comparar, clasificar, etc.), que se manifiestan a través de determinados contenidos (analizar algo, comparar cosas, clasificar objetos, etc.). Por eso son, en gran medida, transversales, susceptibles de ser empleadas con distintos contenidos. Una competencia moviliza diferentes capacidades y diferentes contenidos en una situación. La competencia es una capacidad compleja, distinta de un saber rutinario o de mera aplicación.

Espacio vital en el que se desarrolla el ser humano. Conjunto de estímulos que condicionan al ser humano desde el momento mismo de su concepción.

Las “promesas” que los miembros de un equipo hacen uno al otro sobre su comportamiento.

Se refiere a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, las cuales vienen dadas por los cromosomas, las gónadas, las hormonas y los órganos sexuales. Es la corporalidad, el funcionamiento y forma del cuerpo. Es algo innato, biológico, que cambia de forma y funcionamiento de acuerdo a la edad.

Fase de desarrollo o puesta en práctica de un currículum o programa educativo. Comprende el conjunto de procesos encaminados a adaptar el plan innovador. Puede ser juzgada en función de su “fidelidad” al diseño oficial o, por el contrario, por la adaptación propia que se hace a los contextos específicos.

Se refiere a la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades de las mujeres y de los hombres y de las y los jóvenes. Significa que los derechos, las responsabilidades y las oportunidades de los hombres y de las mujeres no deben depender de su sexo.

Consiste en identificar, cuestionar, reflexionar, analizar y tener en cuenta las diferencias y desigualdades entre mujeres y hombres, así como sus diferentes situaciones de partida, necesidades básicas e intereses estratégicos a la hora de diseñar y planificar cualquier actividad, proyecto, programa o política.

En sentido descriptivo, el estado legal que garantiza la pertenencia a una comunidad política o nación. Como tal, garantiza un conjunto de derechos y deberes para los miembros reconocidos como ciudadanos. Además, en sentido normativo, que es el que más importa educativamente, la ciudadanía implica la condición de participar activamente en los asuntos públicos, de modo autónomo y asumiendo las responsabilidades que le correspondan. Un ciudadano es alguien que pertenece plenamente a su comunidad, que tiene en virtud de ello ciertos derechos y los correspondientes deberes, y que participa activamente en la vida pública. Estatus legal que otorga un conjunto de derechos y deberes, pertenencia a una comunidad con una identidad propia y capacidad para participar son, pues, tres caracteres que definen una concepción actual de “ciudadanía”.