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La mentoría está ganando prestigio en los múltiples contextos en los que se desarrolla (instituciones educativas, empresas y entornos en línea), especialmente como respuesta educativa al crecimiento de la diversidad (cultural, de estilos de vida, de formas de aprender), a la interconectividad global de los sujetos y a la necesidad de orientación ante las condiciones cambiantes del entorno. En este contexto global, líquido, pleno de incertidumbre y potencialidades el mentoring tiene una serie de aplicaciones particularmente valiosas en la época actual:
Reverse mentoring: para procesos de alfabetización digital de adultos.
El aprovechamiento del conocimiento de profesionales veteranos como capital intangible para transferir a profesionales recién llegados.
La mentoría intercultural para apoyar la adaptación de migrantes, exiliados y refugiados al sistema educativo de la sociedad de acogida.
La preservación cultural transmitida por miembros de etnias u oficios en extinción a nuevos aprendices de esos saberes.
La mentoría entre pares para apoyar procesos escolares de integración, especialmente en situaciones de rezago o exclusión social.
La mentoría en línea para la mejora de habilidades profesionales.
Aún dentro de la heterogeneidad de los diferentes programas de mentoring pueden rastrearse algunas tendencias evolutivas:
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De lo presencial a lo virtual
La mentoría migra de los espacios presenciales a la internet y los dispositivos digitales.
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Del mentor a la red mentora
El mentor no necesariamente es un individuo u organización. Se vuelve también muy importante el internet como red informal de mentoría distribuida.
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De profesor de clase a mentor de proyectos
El profesor empieza a asumir funciones de mentor, especialmente a medida que la institución educativa evoluciona hacia un paradigma de aprendizaje activo, centrado en el alumno.
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