¿A qué nos referimos cuando hablamos de diversidad étnica y cultural en Guatemala?

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La colonia nos dejó una sociedad que valora a las personas por su origen y su color de piel.

En la actualidad, para explicar la diversidad étnica y cultural de Guatemala, muchas personas hablan de la existencia de "cuatro pueblos" utilizando la palabra "pueblo" para aglutinar a grupos poblacionales con orígenes comunes e idiomas y culturas compartidas, que se distinguen de otros con tradiciones históricas, lingüísticas y culturales diferentes.

Recordemos brevemente que la forma de nombrar la diversidad no es estática, sino que  varía según los intereses de los gobiernos o a las condiciones sociales que se viven en diferentes períodos de la historia.

Durante la época colonial, en el territorio que hoy es Guatemala la diversidad de grupos y culturas se limitaba al reconocimiento de españoles y criollos, por un lado, y a los indígenas y negros (esclavos africanos) por el otro; y con el avance de la colonización, se fue reconociendo un nuevo grupo, producto de las mezclas, a los que se llamó "castas".

A lo largo de la colonia, estas mezclas o castas causaron mucho interés e inquietud a la administración colonial que basaba su sistema jurídico en el origen de los grupos. Por lo que la administración colonial vio cada vez más necesaria la clasificación de las castas, grupo que además creció en cantidad de personas y en formas de mestizaje con el paso de los siglos. Este interés se reflejó en la producción de cuadros de castas durante el siglo XVIII tanto en la Capitanía de la Nueva España como en la del Perú. Estos cuadros trababan, desde la expresión artística, de representar la amplia gama de mezclas reconocibles en la sociedad colonial.

Al final de la colonia, en Guatemala a los miembros de las castas se les empezó a llamar "ladinos" y dentro de esa categoría se incluyó a los que eran producto de las mezclas o mestizajes, pero también a los indígenas que por una u otra razón habían abandonado su cultura, a los españoles y criollos empobrecidos, y a los descendientes de extranjeros. Como "ladinos" se nombró a todos aquellos que no eran indígenas.

Con la independencia y el surgimiento de la República de Guatemala, siempre por necesidades administrativas del nuevo Estado, ya se clasificaba a la población de entre indígenas y ladinos. Esta clasificación se extendió hasta finales del siglo XX, cuando se empezó a usar la clasificación de "cuatro pueblos".

En esta nueva clasificación, el concepto pueblo se deriva de la utilización que los pueblos indígenas empezaron a emplear más fuertemente en los años 90 y que estuvo fuertemente influenciada por la discusión internacional sobre los derechos de los pueblos indígenas, a los que el convenio 169 de la OIT define como poblaciones "...que habitan en el país o en una región geográfica a la que pertenece el país desde la época de la conquista o la colonización o del establecimiento de las actuales fronteras estatales y que, cualquiera que sea su situación jurídica, conserven todas sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas." (Art. 1, inciso b)

Para el caso de la población indígena, la categoría "Pueblo Maya" aglutina a 22 grupos etnolingüísticos que habitan el país, que según los últimos censos y otras estimaciones, representan alrededor del 50% de la población. Además de una identidad étnica, la categoría "Pueblo Maya" abandera la lucha por el reconocimiento y respeto de los derechos de los indígenas, quienes, al estar excluidos de la formación del Estado y Nación guatemalteco, no han tenido el derecho de vivir y expresar su propia cultura en el ámbito nacional y, como consecuencia, hoy enfrentan altas tasas de rezago social frente al resto de la población. Aunque se identifican de muchas formas, los pueblos guatemaltecos de origen maya están unidos por el reconocimiento de una historia y una base cultural compartida, lo que les ha permitido construir una identidad política frente al resto de la sociedad guatemalteca, al llamarse "Pueblo Maya". 

El hecho de que a partir de la década de los noventa la denominación "Pueblo Maya" se hiciera cada vez más notoria en las discusiones nacionales, obligó a varios sectores de la sociedad a repensar la conformación de la sociedad en términos étnicos y reconocer que la identidad nacional guatemalteca se conformó desde el parámetro de la cultura occidental, negando las culturas y los pueblos indígenas a los que consideró como atrasados y no deseables. Esa identidad nacional también desconoció el mestizaje de una de buena parte de la población y con ello se negó a las culturas indígenas como un componente importante de lo que se entendía como "identidad y cultura nacional".

Así, muy recientemente, con los Acuerdos de Paz, se empezó a visibilizar a los Pueblos Mayas y a otros con orígenes distintos al maya, como los Garífuna y los Xinka. Y más adelante, sobre todo con la discusión de la Reforma Educativa, se vio la necesidad de representar a la otra gran parte de la población nacional, que sin identificarse explícitamente en términos étnicos, se consideraba la detentadora de la cultura y la identidad nacional que, por denominárseles comúnmente "ladinos" se empezó a nombrar "Pueblo Ladino".

Esta nueva denominación plantea la dificultad que la población que "no es indígena", no necesariamente se identifica con el término ladino y en general no se ve a sí misma como un pueblo en el sentido de ser un conglomerado unido por una historia y tradición cultural común ancestral. A lo sumo, esta población se imagina a sí misma como pueblo guatemalteco y no ha sentido la necesidad de identificarse étnicamente pues ya tiene la "identidad nacional" aunque esta no siempre le provoque el sentimiento de cohesión y orgullo que provoca en otros países.

De esa cuenta, la idea de "cuatro pueblos" parece servir a los mayas, a los garífunas y a los xinkas para hacer valer sus demandas al Estado y la sociedad guatemalteca, pero no termina de hacer sentido a los que no son indígenas. Y esto es en parte porque esos que no son indígenas se han preguntado poco sobre sí mismos, sobre la diversidad que también existe entre ellos a lo largo del país, sobre los elementos que los unen entre sí y los que los distancian y, ante todo, sobre la posibilidad de imaginarse en términos de igualdad con los pueblos indígenas, dada la alta carga de ideas de superioridad que les enseñó a distanciarse del resto de la población.

En síntesis, de lo expuesto se pueden rescatar tres ideas a tener en cuenta cuando hablamos de diversidad:

1) la percepción de la diversidad de la sociedad guatemalteca ha variado con el tiempo;

2) esa percepción de la diversidad se ha reducido a categorías generales que no permiten entender y comprender la diversidad existente; y

3) aparejada a la idea de la diversidad, ha existido la idea de jerarquía en la que unos grupos se han considerado mejores o más importantes que los otros.

Es la unidad de las ideas que se logra cuando estas se vinculan mediante recursos lingüísticos como palabras de enlace, palabras clave o pronombre, entre otros.