Tema 4: Consecuencias de la masculinidad tradicional y machista

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Introducción[editar | editar código]

Los roles de género se imponen como normas sociales que no se deben cuestionar, que aseguran un orden que da autoridad a los hombres sobre las mujeres en todos los ámbitos sociales y que fortalecen relaciones basadas en el poder. Según el sistema tradicional, en todos los ámbitos de la sociedad (política, economía, religión, comunidad, familia) se les da autoridad y liderazgo a los hombres sobre las mujeres, al esposo sobre la esposa, al padre sobre la madre y a los hombres adultos sobre los jóvenes.

En este sistema tradicional, las mujeres sufren discriminaciones y violencias de varios tipos, pero también es importante reconocer que los hombres no solo son victimarios, ellos también sufren presiones del sistema al que todos pertenecemos y en el que vivimos. Los hombres deben cumplir socialmente con roles de género que no siempre logran cumplir; por ejemplo: ser fuerte, ser exitoso económicamente para proveer a su familia, ser protector hacia las mujeres de su familia, “conquistar” a su pareja (o a más de una pareja), tener hijos, demostrar continuamente su hombría, no parecer vulnerable y no expresar sus emociones ni sus sentimientos, entre otros. En realidad, son pocos los hombres que pueden desempeñar con éxito todos estos roles de género.

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El hecho de que la mayoría de roles de género y obligaciones machistas sean difíciles, casi imposibles de cumplir para la mayoría de los hombres, puede generar frustración porque pueden vivir ese incumplimiento como un fracaso personal. Hay que recordar que el modelo tradicional de la masculinidad se aprende, así como también se aprende que cualquier comportamiento que se aleje de lo tradicional es visto como algo malo o negativo y es por eso que se genera el sentido de fracaso. Es un modelo construido sobre el ejercicio del poder y muchos hombres tienen cada vez menos espacios para ejercer el poder: no tienen tierras, no tienen dinero y no tienen el conocimiento como probablemente lo tenían aún en un pasado reciente. Con la pérdida de estos factores materiales que justificaban el poder, les queda a los hombres el único hecho de ser hombres para justificar sus privilegios, y eso ya no es suficiente en nuestra época[1].

El posible sentimiento de fracaso, sumado a la obligación de demostrar su hombría y a la falta de habilidades para gestionar sus emociones, puede derivar en problemas emocionales, físicos y sexuales en los hombres y generar violencias contra las mujeres y los niños, niñas y adolescentes en el entorno familiar. Entre esas violencias dirigidas hacia la familia, se encuentra en primer lugar el abandono por parte de muchos hombres que no pueden cumplir con los mandatos de proveer económicamente y proteger a su familia. Del otro lado del espectro de las violencias, también existen las que son dirigidas hacia los mismos hombres, ya que el modelo tradicional de masculinidades les pone en competencia entre ellos; en ocasiones las peleas entre hombres llevan al daño físico o la muerte. Las consecuencias de la presión por cumplir con los mandatos tradicionales pueden, entonces, generar comportamientos autodestructivos como el alcoholismo, la adicción a las drogas y conductas de riesgo (ej. tener relaciones sexuales sin protección, manejar vehículos de manera peligrosa, realizar trabajos peligrosos sin protección, etc.).

ACTIVIDAD: el machismo manda


Objetivos de aprendizaje

Los participantes podrán:

  • Analizar las contradicciones entre los sueños y deseos de las personas y los mandatos tradicionales de género.
  • Buscar ejemplos concretos sobre las consecuencias y el impacto de los mandatos tradicionales en la vida cotidiana de las personas.

Material

  • Hojas y lapiceros para cada participante
  • Papelógrafo o pizarrón

Duración

15min + 1h40


Compartiendo experiencia (15 min)

Antes de cada actividad, el facilitador abre un espacio con los participantes para que puedan compartir los resultados de la tarea del último tema tratado.


1. Juego: El Rey dice (30 minutos)

Se les pide a los participantes que se pongan de pie y en círculo. Uno de los participantes será el rey y deberá dar órdenes a los demás, quienes tendrán que hacer todo lo que el rey les mande y serán eliminados si no siguen sus órdenes. Algunos ejemplos de órdenes son: “El Rey dice: pónganse en un solo pie con los brazos hacia arriba durante 20 segundos; El Rey dice: siéntense en el suelo; El Rey dice: den una vuelta saltando, etc.

Se les pide a los participantes que comiencen con órdenes muy fáciles y después, poco a poco, irán pidiendo cosas imposibles de cumplir y que culminarán con la eliminación de todos los participantes. La actividad se desarrollará con 3 o 4 reyes distintos.

Después, el facilitador se convierte en rey y da estas órdenes: El Rey dice: los más altos del grupo tienen que ir a buscar agua para los más pequeños; El Rey dice: el más fuerte tiene que cargar a 4 compañeros en sus brazos (empiezan con uno, luego con dos y después, se dan cuenta de que no pueden cargar a más de 2 compañeros); El Rey dice: los que tienen una camisa de color (escoja un color que tienen muchos de los participantes) tienen que ponerse de rodillas y con las manos en el piso para que los demás se sienten en su espalda durante 5 segundos (pedirles que se sienten muy suavemente). Se pueden inventar otras órdenes que supongan cosas imposibles de cumplir y que generan privilegios para ciertos participantes y la discriminación de los demás.

A continuación, se les pide a los participantes que se sienten formando un círculo en el piso: ¿Cómo se sintieron cuando el rey les pedía cosas imposibles de cumplir? ¿Creen que para ser hombre ustedes cumplen con obligaciones imposibles de llevar a cabo? ¿Cuáles? ¿Qué piensan de las reglas de este juego que permiten discriminar a los participantes según su tamaño o el color de su ropa? ¿Piensan que las mujeres también sufren discriminación por ser mujeres? ¿Cómo se pueden crear otras reglas más equitativas?

2. ¿Qué es lo que me gusta de ser hombre en este sistema tradicional? (15 minutos)

Pregunte a quienes fueron “el Rey” en el juego: ¿A alguien le gustó ser el rey y por qué? Anote las ideas que se mencionan, pueden ser, por ejemplo: “porque no tenía que esforzarme”, “porque los demás me obedecían”, “porque me sentía importante”, etc. A continuación, pregunte: ¿En qué momentos de la vida los hombres se sienten así? Puede sugerir algunas situaciones como: ¿Se sentirán así cuando les sirven la comida antes que a otras personas? ¿Se sentirán así cuando las hijas o los hijos piden permiso para algo? ¿Se sentirán así cuando les pagan más que a las mujeres, por el mismo trabajo? Luego, haga otra pregunta: ¿Qué es lo que nos gusta de esas situaciones? Otra forma de preguntar puede ser: ¿Cuál es la ventaja que tenemos los hombres en esas situaciones?

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MENSAJE CLAVE: es importante reconocer que si los hombres tienen ventaja en algunos espacios es porque hay otras personas que están en desventaja. Eso se llama tener poder sobre las demás personas.


Todas esas ventajas que tienen los hombres les hacen “sentirse bien” en diferentes momentos de la vida, pero, los roles de género también les hacen “sentirse mal”. A continuación, se reflexionará sobre esto.

3. Los sueños de los hombres y los mandatos tradicionales (40 minutos)

Los participantes se dividen en dos grupos. Cada participante trabajará de manera individual. Los del primer grupo escriben los sueños que podrían tener los hombres. La idea es que utilicen la imaginación e inventen sueños ideales y fuera de lo normal. El segundo grupo escribe las obligaciones que, según los roles tradicionales, tienen los hombres.

Tanto el primer grupo como el segundo puede partir de los distintos roles que los hombres tienen (ser soltero, ser pareja, ser padre, ser hijo, ser amigo, ser hermano, ser vecino, etc.) para realizar el ejercicio.

Los dos grupos deben pensar en los siguientes aspectos: sueños/obligaciones relacionadas con la familia que quieren tener, con el trabajo que les gustaría realizar, con la casa donde vivirán, y con otras actividades de su interés.

En plenaria, se presentarán las respuestas del primer grupo y después se les pregunta a los participantes: ¿Tienen todas las personas los mismos sueños en la vida? El facilitador hace hincapié en el hecho de que hay diversidad de sueños y que cada persona tiene los propios. ¿Hombres y mujeres pueden tener los mismos sueños? Hay que precisar que hombres y mujeres pueden tener sueños similares pero que esto se dice poco porque va en contra de los roles de género.

Posteriormente, se presentan las respuestas del segundo grupo y luego se les pregunta a los participantes: ¿Estas obligaciones se parecen a los sueños presentados por el primer grupo? Hay que recordar que es posible que algunos sueños sean iguales a las obligaciones tradicionales que los hombres deben cumplir, porque estas obligaciones influencian las formas de concebir nuestra vida.

Se finaliza con la pregunta a continuación: ¿Los hombres pueden cumplir con todos los mandatos que les han impuesto socialmente? ¿Qué es lo que dificulta el cumplimiento de los roles tradicionales de género?

En el contexto familiar, los hombres asumen los roles de proveedor económico y protector, pero, a menudo, son papeles que no se pueden cumplir por distintas razones:

  • El hombre no tiene deseos de trabajar fuera de la casa y prefiere dedicarse a su familia. Además, la pareja tiene más posibilidades de encontrar una oportunidad laboral.
  • El mercado laboral no ofrece las posibilidades suficientes para que los hombres puedan cumplir el rol de proveedores. Las pocas oportunidades laborales son escasas y los trabajos están mal pagados.
  • Cuando la mamá trabaja fuera de la casa se necesita un papá que cuide de sus hijos y participe en las tareas domésticas.
  • A menudo, los hombres tienen que ausentarse para trabajar (laborar en otro departamento por ejemplo o a muchas horas de distancia del hogar).

La imposibilidad de proveer para su familia genera frustración y en ocasiones, los hombres huyen del hogar y/o se vuelven violentos con su familia.

CIERRE: EL MACHISMO MANDA

  • Los mandatos tradicionales otorgan a los hombres privilegios (ventajas) sobre las mujeres y sobre otros hombres.
  • Los mandatos tradicionales son difíciles de cumplir para la mayoría de hombres.
  • La imposibilidad de cumplir con los mandatos, sumado a la obligación de demostrar su hombría y la falta de habilidades para gestionar sus emociones, genera frustración en los hombres y comportamientos violentos hacia las mujeres, los niños, otros hombres y hacia ellos mismos.
  • Los mandatos tradicionales tienen consecuencias en la salud psicológica, emocional, física y sexual de los hombres.
Tarea en casa (5 minutos)
“Cuáles son mis sueños”
Ya que hemos abordado los sueños que las personas pueden tener y también algunos de los que por disposiciones tradicionales se prohíben, ahora los participantes van a realizar un ejercicio de observación durante varios días. Los participantes se hacen las siguientes preguntas:
  1. ¿Cuáles son aquellos deseos y sueños que yo tiendo a rechazar por no corresponder con los roles tradicionales de género propios a los hombres?
  2. ¿Cómo podría aceptar, defender y hablar de mis sueños con las personas más cercanas de mi entorno, familiares, amigos, colegas, etc.?

Las observaciones se anotan en un papel y se comparten con los demás participantes en el próximo taller.

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Notas[editar | editar código]

  1. OXFAM 2018.

El género es un conjunto de valores, creencias e ideas sobre los comportamientos y actividades que en una determinada cultura son adecuados para las mujeres y los que son adecuados para los hombres, es decir, su identificación con la femineidad y con la masculinidad.

Las “promesas” que los miembros de un equipo hacen uno al otro sobre su comportamiento.

(En fonología) Destrezas fonológica que consiste en distinguir los distintos “sonidos” o fonemas.

1. Seleccionar excluyendo. 2. Dar trato desigual a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, de sexo, de edad, de condición física o mental, etc.