Definición, principios y enfoques para la integración del enfoque de género

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La perspectiva de género[editar | editar código]

Glosario

Género:
es un conjunto de valores, creencias e ideas sobre los comportamientos y actividades que en una determinada cultura son adecuados para las mujeres y los que son adecuados para los hombres, es decir, su identificación con la femineidad y con la masculinidad. [1]

En los últimos años, gobiernos y organismos internacionales han definido objetivos y me canismos específicos en las áreas de desarrollo sostenible y cooperación internacional; han establecido metas y tácticas para asegurar la igualdad entre hombres y mujeres en materia de distribución de recursos y acceso a las oportunidades de la vida económica y social. Igualmente, han llegado a un consenso acerca del vínculo fundamental existente entre desarrollo sostenible y género.

Según la UNESCO se define género como el significado social otorgado al ser mujer o hombre, es decir, que son las características –no las diferencias biológicas las que definen a una mujer o a un hombre y es el género el que delimita las fronteras entre lo que una mujer y un hombre pueden y deben ser y hacer[2].

El género también moldea y determina el comportamiento, los roles y las expectativas de mujeres y hombres, al tiempo que define las reglas, las normas, las costumbres y las prácticas a través de las cuales las diferencias biológicas se conviertan en diferencias sociales. Los roles y las relaciones de género difieren dentro y entre sociedades en función de la clase socioeconómica, la raza, la etnicidad, la orientación sexual y la identidad de género, entre otros factores.

El enfoque de género[editar | editar código]

Glosario

Enfoque de género:
consiste en identificar, cuestionar, reflexionar, analizar y tener en cuenta las diferencias y desigualdades entre mujeres y hombres, así como sus diferentes situaciones de partida, necesidades básicas e intereses estratégicos a la hora de diseñar y planificar cualquier actividad, proyecto, programa o política.[1]

Muchas veces el género influye en la oferta y el acceso a los servicios educativos disponibles para las personas jóvenes. Esto se debe a que las normas de género tradicionales suelen hacer énfasis en la inequidad y la desigualdad, limitando la capacidad de los jóvenes de tomar decisiones sobre su cuerpo y su vida.

En términos más prácticos, cuando a las mujeres jóvenes se les niega el acceso a la educación o los hombres jóvenes se ven obligados a trabajar en lugar de asistir a la escuela por la situación de pobreza en la que viven, se les priva de la oportunidad de reflexionar y compartir puntos de vista acerca de la equidad y la igualdad de género.

La transversalización de género (gender mainstreaming)[editar | editar código]

La transversalización de género cuestiona el concepto de neutralidad de las políticas públicas, al tiempo que enfatiza en generar cambios en las estructuras, procesos y prácticas institucionales[3]. Puede incluir intervenciones en el ámbito de la igualdad y acción positiva, sean estas en favor de los hombres o las mujeres que se encuentren en posición de desventaja, se orienten a las mujeres exclusivamente, o a las mujeres y a los hombres al mismo tiempo; o únicamente a los hombres. Asimismo, puede incorporar medidas provisionales necesarias para abordar las consecuencias directas y/o indirectas de la discriminación sufrida en el pasado[4].

La transversalización de género se estableció formalmente en la Conferencia de Beijing (1995) como una estrategia para alcanzar la igualdad de género a través del análisis de las implicaciones para los hombres y las mujeres en las intervenciones de desarrollo, en todas las áreas y niveles, y la inclusión de las preocupaciones y experiencias de las mujeres y los hombres como dimensión integral de las políticas y los programas, a fin de que ambos se beneficien gualmente; y evitar que la desigualdad se perpetúe[5].

Principios que sustentan la transversalización de género[editar | editar código]

Distintas organizaciones del Sistema de las Naciones Unidas y otras agencias internacionales han identificado los siguientes principios, aplicables a las iniciativas de transversalización de género, independientemente de los niveles o áreas de intervención [6]:

  • Los problemas deben ser definidos de forma tal forma que las desigualdades de género puedan ser diagnosticadas.
  • La puesta en práctica de la transversalización debe estar apoyada por los altos niveles de toma de decisión de las organizaciones participantes.
  • Se deben impulsar esfuerzos para ampliar la participación de las mujeres en todos los niveles de toma de decisión de las organizaciones involucradas.
  • La transversalización de género no reemplaza la necesidad de elaborar políticas y programas orientados a promover la equidad de género.
  • Se requiere de la asignación adecuada de recursos humanos y financieros para la integración de todas las fuentes de financiamiento disponibles con miras a lograr una exitosa implementación de la integración de género.
  • Es necesario contar con mecanismos de rendición de cuentas para monitorear constantemente los resultados, incluso aquellos que no son alcanzados [7].
  • Hay necesidad de que exista supervisión y monitoreo externo, a la par de los procesos de autoadministración y auto vigilancia de las instancias internas encargadas de la implementación de la transversalización[6].

Enfoque de transversalización de género[editar | editar código]

Existen diversos enfoques de transversalización de género que difieren en sus fines y estrategias de implementación. Los enfoques integracionistas procuran incorporar las preocupaciones de género en las prácticas y estructuras de las organizaciones que desarrollan las políticas y programas. Por su parte, los enfoques de establecimiento de agenda enfatizan en producir cambios en las agendas, prioridades, enfoques, normas y prácticas institucionales; y, por lo tanto; en el cambio político para promover la igualdad de género. Ambos enfoques enfrentan retos asociados a la naturaleza generalizada de las organizaciones y las formas en que las desigualdades se producen y reproducen al interior de estas cotidianamente, en la cultura institucional, las normas y los enfoques de desarrollo prevalecientes en sus estrategias institucionales[8].

La transversalización de género ha sido implementada a través de múltiples estrategias que generalmente la colocan como un instrumento de equidad y justicia social, también como mecanismo para asegurar la eficiencia y eficacia de políticas y programas[9]. La transversalización debe enfatizarse en un enfoque que incida efectivamente en las políticas y programas desde su diseño hasta su evaluación.

El continuum de género[editar | editar código]

Organizaciones de Naciones Unidas y agencias de cooperación internacional a nivel mundial han desarrollado herramientas para la planificación de políticas, programas y proyectos desde la perspectiva de género. Una de las más utilizadas es el denominado continuum de género o escala de género, la cual intenta ayudar a entender cómo el género puede afectar los resultados de un proyecto o programa. Esta herramienta clasifica los enfoques de integración a partir de un examen de las normas y las desigualdades de género en el diseño, implementación y evaluación de determinada intervención[10].

Análisis, planificación y gestión de programas y proyectos desde la perspectiva de género[editar | editar código]

La propuesta de continuum de género empleada en este documento [10] incluye diferentes enfoques de análisis, planificación y gestión, que incluyen:

a) Enfoques de análisis
  • Ciegos al género: no incorporan ninguna consideración proactiva del contexto amplio de género y los roles de género específicos que afectan a las y los participantes del programa o proyecto. Tampoco toman en cuenta cómo las normas de género y las relaciones desiguales de poder afectarían el logro de los objetivos o cómo los objetivos impactan las relaciones de género.
  • Conscientes de género: examinan y abordan los resultados esperados relacionados con el género en el diseño y la implementación, aunque activamente, no buscan cambiarlas, tratan de limitar su impacto negativo en las relaciones de género. No abordan los determinantes estructurales que perpetúan las desigualdades de género, pero son utilizados en algunas ocasiones como el primer paso para la integración de género. Una vez las relaciones de género son reconocidas y abordadas a través de programas/proyectos, se mueven paulatinamente hacia el cuestionamiento de las desigualdades de género.
b) Enfoques de planificación y gestión de programas y proyectos
Explotadores de género Son aquellos que sacan provecho de las normas rígidas de género y el desbalance de poder existente par lograr objetivos de los programas y proyectos. Aunque parecen expeditos en el corto plazo, difícilmente pueden ser sostenibles y en el largo plazo, podrían tener consecuencias negativas, así como socavar los objetivos del proyecto.
Acomodadores Están ubicados en el centro del continuum. Reconocen las normas de género y las desigualdades, buscan desarrollar acciones para ajustarlas y frecuentemente, compensarlas. Aunque activamente no buscan cambiarlas, tratan de limitar el daño que pueden producir en mujeres y hombres, vistos desde sus múltiples identidades.
Transformadores Están al final del continuum. Examinan, cuestionan y tratan de cambiar las relaciones de género y el desbalance de poder para alcanzar la igualdad de género. Promueven la concientización crítica de las relaciones de género, el empoderamiento de las mujeres, disputan la distribución de recursos y responsabilidades, al tiempo que abordan las diferencias de poder en los distintos niveles; incluyendo las macro políticas.

El continuum de género asume que los programas y proyectos pueden no ser clasificados en ninguna de estas categorías, que incluso algunos de sus componentes pueden ser etiquetados dentro de un enfoque acomodador, mientras que otros caen en la categoría de transformadores. El continuum también se utiliza para evaluar resultados de programas/proyectos.

Todo proceso de transversalización debe dirigirse hacia la transformación de las desigualdades de género.

En la siguiente gráfica se describen los vínculos entre estos enfoques.

Genero consiente-01.png

Ciclo de programación de proyecto con perspectiva de género[editar | editar código]

Fases del ciclo de un proyecto-01.png

Un proyecto es una iniciativa de duración limitada que se centra en una intervención limitada con un comienzo y un final, en cambio, un programa tiene objetivos más amplios, es progresivo y continuo. Por su parte, una política es una guía de acción dirigida a cambiar un aspecto de la realidad (social y/o institucional) e implica una decisión sobre prioridades y asignaciones de recursos. Lo ideal es incorporar una perspectiva de género en todas las fases de la formulación de los programas, los proyectos y las políticas, comenzando por el análisis de la situación. La perspectiva de género puede incorporarse en cualquier etapa, a fin de perfeccionar y mejorar un programa o proyecto existente [8].

En todo el ciclo del programa/proyecto pueden integrarse temas relativos al género para abordar los vacíos existentes. También es importante recordar que las decisiones de incluir o excluir una perspectiva de género no siempre se toman en circunstancias ideales y la exclusión podría deberse a múltiples factores (por ejemplo, el tiempo y los recursos necesarios para consultar a todos los interesados directos).

Tabla No. 1[8]. Cómo incorporar el enfoque de género en cada fase del ciclo de un proyecto
Fases Recomendación
Análisis de situación local Se refiere a las actividades que definen las necesidades y problemas del grupo participante del programa y constituye un punto de partida para formular intervenciones eficaces. El análisis de género debe formar parte de la evaluación del contexto local, con el fin de incorporar las necesidades diferenciales de mujeres y hombres y determinar los temas que deben abordarse. Esta información es útil para la planificación, la replanificación, la ejecución, el seguimiento y la evaluación.

Es crucial tener acceso a información apropiada para abordar las inequidades de género en un análisis de la situación. Esto implica datos desagregados por sexo, uso de varias fuentes de datos e información (cuantitativos, cualitativos, informes de ONG, etc.) y consultas con las mujeres y los hombres participantes del proyecto, programa o política (por medio de entrevistas a profundidad, grupos focales, etc.).

Planificación y formulación de proyectos o programas, incluidos su alcance, visión y meta El proceso de planificación debe ser participativo y basarse en el análisis de situación y diferentes necesidades de las mujeres y los hombres, las niñas y los niños cuya participación se desea fomentar en el programa o proyecto. El programa o proyecto debe tratar de aprovechar los recursos (humanos, financieros y de infraestructura) y la capacidad (individual, comunitaria e institucional) para mejorar la situación de los hombres y las mujeres, las niñas y los niños.

Al formular o examinar las metas y la visión de un programa o proyecto es necesario cerciorarse de que:

  • se declare explícitamente su intención de reducir las inequidades de género y las transformaciones deseadas para mejorar el acceso a servicios básicos,
  • se definan acciones concretas y
  • se promueva activamente la participación de mujeres y hombres y la igualdad de género.
Movilización de recursos
  • Los recursos incluyen personas, materiales, dinero y tiempo. En este sentido, cabe destacar que se necesita apoyo político para obtener los recursos necesarios.
  • La movilización de la comunidad también es importante para que apoye el trabajo; esto porque su compromiso puede facilitar la obtención de recursos al despertar el interés de donantes (por ejemplo en programas de lucha contra la malaria, el VIH y la tuberculosis).
  • Se debe involucrar a los y las interesadas para que comprendan y apoyen las iniciativas de género. Las consultas y el diálogo pueden aumentar la conciencia con respecto a la importancia de incluir el género y obtener apoyo financiero adicional para llevar a cabo las actividades relacionadas con género.
Implementación
  • Es más fácil incluir los temas de género durante la fase de ejecución si los resultados esperados son claros y específicos y basados en el análisis de situación.
  • Es importante involucrar a los hombres y mujeres en la ejecución, ya que hablar de igualdad no es suficiente y con frecuencia el logro de esta requiere de intervenciones desiguales, compensatorias. Por ejemplo, ¿participan los hombres y las mujeres en el proyecto, programa o política en favor de la igualdad?
  • Si se recopilan datos cualitativos, ¿se ha prestado atención a las circunstancias de la vida, los roles y las normas de género de las mujeres y los hombres a fin de facilitar su participación y reducir el riesgo de perjudicarlos?
  • Se debe asegurar que los indicadores de los resultados son sensibles a la dimensión de género
Seguimiento
  • El seguimiento proporciona una retroalimentación continua durante la ejecución del programa o proyecto con respecto a si la incorporación de la perspectiva de género en un problema o trastorno específico está encaminada o es necesario redefinirla. Por ello, es necesario elaborar instrumentos o formularios específicos para recopilar la información pertinente.
  • Los indicadores para el seguimiento deben reflejar las repercusiones del proyecto relacionadas con el género. Igualmente, los indicadores de procesos deben evaluar el progreso de la incorporación de la perspectiva de género.
Evaluación
  • La evaluación brinda una oportunidad para realizar un análisis retrospec -ivo del trabajo realizado durante un período de tiempo a fin de determinar su eficacia. Es valioso ponerse de acuerdo sobre los indicadores y el marco de evaluación en la planificación inicial de un proyecto o programa.
  • Los indicadores para la evaluación deberían incluir aspectos que permitan un enfoque sistémico que incluya: insumos, procesos, productos, resultados e impacto; todos diseñados de acuerdo con los objetivos planteados, contribuyendo a cerrar las brechas de inequidad entre géneros.
  • Las evaluaciones pueden ser externas, realizadas por donantes, quienes suelen tener sus propios indicadores del éxito y muchos de los cuales incluyen el género.
(Re) Planificación
  • La información obtenida de la evaluación debe usarse para mejorar la intervención e influir en la planificación en curso y futura. Las decisiones deben incluir actividades relacionadas con el género para fortalecer la eficacia del programa o proyecto.

Notas[editar | editar código]

  1. 1,0 1,1 USAID Leer y Aprender. (2018). Guía para la integración de género en textos y materiales educativos. Guatemala: USAID Leer y Aprender.
  2. Luciano, D. (2010). Transversalización de género, políticas y programas de salud. Washington D.C.: Development Connections.
  3. Valdés, T. (s.f.). La institucionalización /transversalización del género. CEDEM- Género y Equidad., 1-56.
  4. OIT. (2006). Definición de la transversalización de la perspectiva de género. El mundo del trabajo.
  5. OPS/OMS, Política de igualdad de género, 2005 Washington D.C.: Organización Panamericana de la Salud.
    (Women-Watch, 1997).
  6. 6,0 6,1 Women-Watch. (1997). Gender Mainstreaming. Report og the economic and social council for 1997, Chapter IV. Coordination segment of policies and activities of the specialized agencies and other odies of United Nations system.
  7. Mehta-Gupta, 2006.
  8. 8,0 8,1 8,2 OPS/OMS, Gender Mainstreaming for healt managers: A practical approach, s.f.
  9. González, A. y. (2004). 'Guía práctica para la integración de la igualdad entre mujeres y hombres en los proyectos de Cooperación Española.
  10. 10,0 10,1 USAID, Gender and sexual and reproductive Health 101, 2010.

El género es un conjunto de valores, creencias e ideas sobre los comportamientos y actividades que en una determinada cultura son adecuados para las mujeres y los que son adecuados para los hombres, es decir, su identificación con la femineidad y con la masculinidad.

Indicadores de éxito de un plan escrito en forma específica.

Término introducido por Le Boterf, entendido como los conocimientos, procedimientos y actitudes que es preciso emplear para resolver una situación. Unos son recursos internos, que posee la persona, tales como conocimientos, procedimientos y actitudes

Las “promesas” que los miembros de un equipo hacen uno al otro sobre su comportamiento.

Consiste en identificar, cuestionar, reflexionar, analizar y tener en cuenta las diferencias y desigualdades entre mujeres y hombres, así como sus diferentes situaciones de partida, necesidades básicas e intereses estratégicos a la hora de diseñar y planificar cualquier actividad, proyecto, programa o política.

Término utilizado, a menudo, como un saber hacer. Se suele aceptar que, por orden creciente, en primer lugar estaría la habilidad, en segundo lugar la capacidad, y la competencia se situaría a un nivel superior e integrador. Capacidad es, en principio, la aptitud para hacer algo. Todo un conjunto de verbos en infinitivo expresan capacidades (analizar, comparar, clasificar, etc.), que se manifiestan a través de determinados contenidos (analizar algo, comparar cosas, clasificar objetos, etc.). Por eso son, en gran medida, transversales, susceptibles de ser empleadas con distintos contenidos. Una competencia moviliza diferentes capacidades y diferentes contenidos en una situación. La competencia es una capacidad compleja, distinta de un saber rutinario o de mera aplicación.

Se refiere a la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades de las mujeres y de los hombres y de las y los jóvenes. Significa que los derechos, las responsabilidades y las oportunidades de los hombres y de las mujeres no deben depender de su sexo.

(En fonología) Destrezas fonológica que consiste en distinguir los distintos “sonidos” o fonemas.

Crecimiento o aumento en el orden físico, intelectual o moral.

Significa que se da un trato diferenciado a mujeres y hombres con el fin de compensar el desequilibrio histórico y social que impide a las mujeres participar activamente y de la misma manera que los hombres en el desarrollo de sus sociedades.

Fase de desarrollo o puesta en práctica de un currículum o programa educativo. Comprende el conjunto de procesos encaminados a adaptar el plan innovador. Puede ser juzgada en función de su “fidelidad” al diseño oficial o, por el contrario, por la adaptación propia que se hace a los contextos específicos.

En el continuo de coaching es el rol de ser muy directo y enseñar, mostrar, guiar, etc.

Se refiere a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, las cuales vienen dadas por los cromosomas, las gónadas, las hormonas y los órganos sexuales. Es la corporalidad, el funcionamiento y forma del cuerpo. Es algo innato, biológico, que cambia de forma y funcionamiento de acuerdo a la edad.