Pensamiento crítico

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El pensamiento crítico es esencial para que los estudiantes se conviertan en individuos autónomos, independientes y de mente abierta.

Resultados de la investigación[editar | editar código]

El pensamiento crítico es un término popular, a veces abusado, que en realidad describe, simplemente, los principios del pensamiento "bueno" o "claro". "Buen pensamiento" es la capacidad de juzgar argumentos o puntos de vista con inteligencia y no ser influenciado por ideología, fundamentalismo, adoctrinamiento, prejuicio o creencias no verificadas. El pensamiento crítico permite que los estudiantes piensen por sí mismos. Este enfoque puede reconocerse en las siguientes acciones y actitudes, que no son en absoluto exhaustivas:

  • Examinar generalizaciones de barrido en detalle y evitar la sobre-Simplificaciones;
  • Clarificación de problemas, conclusiones y creencias;
  • Clarificar y analizar el significado real de palabras o frases;
  • Desarrollar criterios para la evaluación: clarificación de valores y estándares;
  • Evaluar la credibilidad de las fuentes de información;
  • Escuchar críticamente lo que el hablante está diciendo;
  • Pensar precisamente en el pensamiento: usar vocabulario crítico [1]

El pensamiento crítico no es meramente pensamiento racional; Involucra conocimiento proposicional (o declarativo) (sabiendo que ), conocimiento procesal (sabiendo cómo) y conocimiento disposicional (conocimiento a). Esto implica un enfoque respetuoso y de mente abierta, "humildad intelectual y suspensión del juicio [...], buena fe [e integridad" [2]. Para estimular el pensamiento crítico en sus formas más completas, los maestros deben ser conscientes de estas actitudes e intentar fomentarlas en los estudiantes.

La forma en que los estudiantes hacen preguntas es importante para convertirse en pensadores críticos. Las preguntas, especialmente aquellas de carácter abierto que requieren que los estudiantes justifiquen y provean evidencia para sus posiciones, pueden ser una herramienta útil para estimular el pensamiento crítico ("¿Puedes pasar por eso paso a paso?¿Puedes explicar por qué funciona?). El pensamiento crítico también se estimula cuando se anima a los estudiantes a formular y desarrollar buenas preguntas propias. Por último, el cuestionamiento para el pensamiento crítico va más allá de simplemente hacer preguntas: implica un seguimiento riguroso, utilizando, entre otras estrategias apropiadas, el método socrático, basado en la discusión entre los individuos que hacen y responden preguntas para aclarar ideas.

Es la calidad del pensamiento crítico mismo el que es el objetivo del aprendizaje.Esta cualidad depende del nivel de conocimiento relevante que se utilizará para apoyarlo. Puede haber poco pensamiento crítico significativo si no se relaciona explícitamente con una comprensión de los diferentes tipos de razón en diferentes cuerpos de conocimiento. El pensamiento crítico debe ser desarrollado en todos los dominios y considerado en toda una gama de contextos (matemáticas, literatura, vida social, pensamiento creativo).

Por último, el pensamiento crítico, como el pensamiento creativo, requiere un enfoque abierto del maestro. Los estudiantes son más propensos a desarrollar habilidades de pensamiento crítico cuando se sienten libres de asumir riesgos, son corregidos sin sentirse criticados, y cuando desafían, son cuestionados y discuten diferentes opiniones. Aulas que promueven una amplia discusión entre los estudiantes para que los argumentos a favor y en contra de las ideas se pueden examinar en detalle crear entornos de apoyo para los estudiantes a expresarse sin miedo a juicio.

Implicaciones para los educadores[editar | editar código]

A los niños se les puede enseñar a pensar críticamente desde una edad temprana, pero de una manera apropiada para su edad. Se recomienda que cada escuela tenga una secuencia única y lógica de objetivos de aprendizaje que los estudiantes puedan descubrir relacionados con el pensamiento crítico dentro del currículo.

  1. Nutrir curiosidad. Es importante apreciar y desarrollar las observaciones que los jóvenes hacen del mundo y su capacidad natural para el pensamiento crítico cuando y donde sea posible. Los estudiantes deben ser animados a reflexionar críticamente sobre diferentes tipos de conocimiento, no sólo en los campos académicos, sino en términos de experiencias personales y compartidas más amplias. Además, se puede mostrar a los estudiantes cómo apreciar lo que hace una buena pregunta (desafiar un pensamiento más profundo, buscar justificación, obtener abstracciones y generalizaciones a partir de detalles y ejemplos) y cómo pueden usarse diferentes tipos de preguntas para obtener respuestas diferentes (aclaración, suposiciones de sondeo , Probando la razón y la evidencia, puntos de vista o perspectivas, investigando implicaciones y consecuencias, preguntas sobre preguntas).
  2. Modelo de pensamiento escéptico. Los maestros pueden demostrar un escepticismo saludable cuando se trata de información no probada. Esto no significa rechazar las afirmaciones de conocimiento no confirmado en principio, sino estar preparado para investigar las afirmaciones de manera cuidadosa y metódica. Esto es especialmente importante en el mundo de hoy, donde los medios juegan un papel crucial en la formación de la opinión pública. Los jóvenes necesitan aprender a ser escépticos al acercarse al conocimiento que pretende ser cierto.
  3. Fomentar la mentalidad internacional. Dado que el pensamiento crítico implica apertura de mente, buenas habilidades de escucha y la capacidad de mirar a diferentes puntos de vista, puede conducir a una rica apreciación de la diversidad cultural, nacional e histórica en el pensamiento humano. Por lo tanto, es importante que los estudiantes sean animados a explorar y apreciar diversas tradiciones académicas, incluyendo las principales diferencias y similitudes entre "culturas occidentales occidentales y no occidentales". Las escuelas pueden asegurar que los elementos del pensamiento crítico también son evidentes cuando se enseña a los estudiantes sobre el aprendizaje del servicio, las evaluaciones de auto-evaluación y las carteras.

Lecturas sugeridas[editar | editar código]

  1. Ryle, G. (1971). Knowing how and knowing that. In G. Ryle (Ed.) Collected papers (Vol. 2, pp. 212–25). New York: Barnes & Noble.
  2. Siegel, H. (1985). Educating reason: Critical thinking, informal logic, and the philosophy of education. Part Two: Philosophical questions underlying education for critical thinking. Informal Logic, 7, 2–3.
  3. Singh M. & Qi J. (2013). 21st century international mindedness: An exploratory study of its conceptualisation and assessment. Sydney, Australia: Centre for Educational Research School of Education, University of Western Sydney. <ibo.org/research/programmedevelopment/programmedevstudies/literature/documents/SinghQiIBreport27JulyFINALVERSION.pdf>
  4. Swan, M.& Pead, D (2008). Bowland Maths Key Stage 3: Professional development resources. Blackburn, UK: Bowland Charitable Trust <www.bowlandmaths.org.uk>
  1. Paul, R., & Elder. L. (2006). A guide for educators to critical thinking competency standards. Dillon Beach, CA: Foundation for Critical Thinking.
  2. Paul, R. (1990). Critical thinking: What every person needs to survive in a rapidly changing world. Santa Rosa, CA: Foundation for Critical Thinking.

Término utilizado, a menudo, como un saber hacer. Se suele aceptar que, por orden creciente, en primer lugar estaría la habilidad, en segundo lugar la capacidad, y la competencia se situaría a un nivel superior e integrador. Capacidad es, en principio, la aptitud para hacer algo. Todo un conjunto de verbos en infinitivo expresan capacidades (analizar, comparar, clasificar, etc.), que se manifiestan a través de determinados contenidos (analizar algo, comparar cosas, clasificar objetos, etc.). Por eso son, en gran medida, transversales, susceptibles de ser empleadas con distintos contenidos. Una competencia moviliza diferentes capacidades y diferentes contenidos en una situación. La competencia es una capacidad compleja, distinta de un saber rutinario o de mera aplicación.

Conjunto de experiencias, planificadas o no, que tienen lugar en los centros educativos como posibilidad de aprendizaje del alumnado. Una perspectiva tradicional acentúa el carácter de plan (con elementos como objetivos, contenidos, metodología y evaluación), frente a un enfoque práctico que destaca las experiencias vividas en el proceso educativo.