Técnicas de evaluación

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Introducción a la evaluación[editar | editar código]

¿Qué es evaluar?[editar | editar código]

La acreditación es de carácter académico-administrativo, mientras que la evaluación y la calificación son de carácter estrictamente académico, refieren el tipo y nivel de los aprendizajes logrados.

La evaluación comporta una valoración, se refiere a la calidad. La calificación permite una cuantificación, se refiere a la cantidad. Al valorar se deben tomar en cuenta varios elementos subjetivos, por ejemplo: opiniones, sentimientos, percepciones. La medición refiere únicamente elementos observados y cuantificados. Así es posible evaluar y acreditar sin que existan calificaciones de por medio.

En la mayoría de las instituciones de educación superior se califica sin evaluar, en otras palabras, sin juzgar y valorar la efectividad del proceso enseñanza-aprendizaje para mejorarlo continuamente.

¿Cómo evaluar?[editar | editar código]

Ni la evaluación ni la calificación pueden depender de un solo instrumento o técnica de evaluación porque de esta manera únicamente se mide un tipo de aprendizaje. Si en el plan de trabajo el docente diseña diferentes objetivos se deben medir los aprendizajes logrados en cada uno de ellos por medio de la técnica que le corresponda. Todo esfuerzo realizado por el estudiante durante el curso como resultado de las actividades de aprendizaje debe ser parte de la evaluación.

Los criterios para calificar deben decidirse por el docente con base en su estilo personal de enseñanza y en su plan de trabajo. Los que se designen a la calificación serán los porcentajes de valor que se establezca a cada resultado de la actividad realizada y a su resultado final, por ejemplo: el portafolio 30%, la observación 20%, la entrevista 10%, actividad en clase 20%, etc. Se tomara en cuenta tanto la exactitud del resultado final como el proceso que siguió el estudiante para obtenerlo.

La evaluación tiene dos objetivos principales: analizar en que medida se han cumplido los objetivos para detectar posibles fallas en el proceso y superarlas y, el segundo, propiciar la reflexión de los estudiantes en torno a su propio proceso de aprendizaje (metacognición). Para lograr estos objetivos la evaluación debe ser participativa –que los estudiantes participen en ella. Completa –debe abarcar todos los pasos importantes del proceso enseñanza–aprendizaje. Continua –a lo largo del curso– no debe dejarse para el final del mismo.

Es fundamental considerar que la evaluación es un proceso de aprendizaje tanto para los estudiantes como para los docentes y la institución.

En la actualidad existen múltiples alternativas de evaluación. Cualquier decisión debe sustentarse en el enfoque educativo, el tema, la finalidad, el estudiante y el estilo de enseñanza del docente.

¿A quién se evalúa?[editar | editar código]

El siguiente cuadro especifica qué aspectos se evalúan de cada elemento constitutivo del proceso enseñanza aprendizaje.

¿A quién se evalúa? ¿Qué se evalúa?
 Al estudiante
  • Conocimientos.
  • Habilidades
  • Capacidades o destrezas
  • Actitudes
  • Aptitudes
  • Intereses y expectativas
Al docente - facilitador
  • Dominio del tema.
  • Trabajo grupal.
  • Aplicación de técnicas didácticas.
  • Uso de recursos didácticos.
  • Manejo de instrumentos de evaluación.
Al proceso enseñanza - aprendizaje
  • Organización y secuencia para el logro de los objetivos.

El proceso de evaluación permite verificar el cumplimiento de los objetivos educativos y comprobar que se ha producido el aprendizaje previsto. Tradicionalmente se pensaba que evaluar era calificar lo que el estudiante había aprendido después de la fase de enseñanza.

Es importante diferenciar los términos verificación y evaluación del aprendizaje. Verificación es el proceso por el que se comprueba lo aprendido por el estudiante, mientras que evaluación es el proceso que valora los resultados y el cómo del proceso educativo, que puede traducirse o no en una calificación o nota.

Evaluación es el proceso de obtención de información y de su uso para formular juicios que se utilizan para tomar decisiones.

La evaluación del aprendizaje de los estudiantes, por lo general, permite valorar el grado de cumplimiento de los objetivos educativos; diagnosticar errores conceptuales; destrezas, habilidades y actitudes; el proceso y manera en que los estudiantes las desarrollan. Se evalúan también para analizar las causas de un aprendizaje deficiente y tomar las medidas oportunas.

Es fundamental que la evaluación sea capaz de valorar de forma efectiva el aprendizaje integral y no busque estimar la mera memorización. Más importante que la memorización es desarrollar las habilidades de reflexión, observación, análisis, el pensamiento crítico y la capacidad para resolver problemas.

¿Cómo elegir un instrumento de evaluación?[editar | editar código]

Al elaborar el plan de trabajo (la planeación didáctica) el docente diseña las unidades temáticas, tomando en cuenta las técnicas de aprendizaje y de evaluación del aprendizaje que durante todo el curso instrumentará, las cuales es posible que modifique al inicio o a lo largo del curso para mejorar su enseñanza.

Las técnicas de aprendizaje y de evaluación del aprendizaje deben ir acorde con el enfoque educativo que el docente elija y con su estilo de docencia.

Si, por ejemplo, elige la técnica expositiva es importante que tenga pleno conocimiento de que solamente desarrolla en sus estudiantes las capacidades de atender y hacer apuntes y que con el examen tradicional que le corresponde únicamente podrá medir las capacidades de retención, memorización y repetición, pero no podrá medir los objetivos relacionados con la comprensión y el manejo de información y menos aún los formativos.

Si se utilizan otras técnicas e instrumentos de evaluación se propicia que los estudiantes desarrollen varias destrezas y diferentes aprendizajes, por ejemplo, si el docente solicita a sus estudiantes que realicen una investigación y la presentación de los resultados en un trabajo escrito, podrá medir entre las capacidades que el estudiante desarrolla las de diseño de un proyecto, búsqueda y localización de fuentes, formulación de hipótesis, argumentación para refutarlas o aceptarlas, diseño de instrumentos de captura, análisis de datos, estructura de las conclusiones, fundamentación y redacción del reporte.

Sin importar el instrumento que se elija se deberá:

  • Precisar qué se quiere conocer por medio de las técnicas de evaluación, es decir el docente–facilitador deberá responderse ¿cuáles son las capacidades, habilidades y conocimientos que quiero y puedo enseñar?
  • Seleccionar una técnica de evaluación que sea consistente con el estilo de enseñar del docente y pueda ser fácilmente realizada en el aula.
  • Antes de efectuarla explicar el propósito de la actividad a los estudiantes.
  • En las actividades de evaluación no solicitar más información de la necesaria.
  • Después de clase, repasar los resultados y decidir qué cambios deben de realizarse para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje.

La evaluación actual[editar | editar código]

El procedimiento tradicional de evaluación responde a la educación basada en los contenidos. Se basa en formas de obediencia institucionalizada y tiende a conducir al proceso educativo a la rutina escolar y al uso de las medidas coercitivas, por tanto obstaculiza la búsqueda del pensamiento crítico y creativo.

Mientras que la evaluación tradicional trata de medir la reproducción de los temas contenidos en los programas, la evaluación formativa, se interesa por expresar la calidad de búsqueda, a través de la autoevaluación.

La autoevaluación desarrolla la capacidad de resolver problemas, estimula la conciencia crítica y autocrítica, no es simplemente la verificación de un conocimiento, es el acercamiento al conocer, implícito en el proceso de enseñar y aprender, demanda el aprendizaje significativo y el desarrollo de la investigación.

La evaluación actual ha sido pensada para evaluar competencias. En las nuevas tendencias se pueden encontrar dos centros de apoyo: uno, centrado en la revisión crítica de las ciencias de la educación en particular y de las ciencias sociales en general y el otro, más pragmático, derivado de los nuevos desafíos que introduce el avance vertiginoso de la ciencia y tecnología.

El segundo centro de apoyo, llamado la nueva aproximación al conocimiento, parte del reconocimiento de un sistema de convivencia cada vez más regido por la revolución tecnológica, donde el saber se contextualiza y se examina en forma de significados sociales, culturales y éticos. Este nuevo enfoque se sustenta en las siguientes ideas:

La enseñanza en nuestros días no es sólo la acción de comunicar, representa una orientación al estudiante a encontrarse con la posibilidad de ser autónomo y a saber fundamentar una argumentación en el desarrollo de su pensamiento crítico.

La evaluación actual mide el desarrollo de capacidades para pensar, participar (trabajo colaborativo) y problematizarse.

En este sentido, interesa señalar que el estudiante que aprende es aquel que tiene conciencia de sus preconcepciones, la manera cómo integra saber-realidad y cómo se identifica con los conceptos claves, como investigación, ciencia y método para pensar la realidad y poder transformarla.

La evaluación actual –al igual que la constructivista– no es la aplicación mecánica de instrumentos de evaluación, sino que busca valorar la formación del estudiante.

La evaluación formativa requiere recoger, organizar e interpretar la información obtenida de múltiples fuentes con el fin de dirigir la acción correspondiente en el proceso de instrucción y mejorar el aprendizaje de los estudiantes.

La evaluación constructivista[editar | editar código]

Los enfoques constructivistas orientan diferentes estrategias de evaluación. Privilegian el papel activo del estudiante como creador de significado, la naturaleza autoorganizada y de evolución progresiva de las estructuras del conocimiento, es decir abordan la evaluación formativa.

La evaluación, por tanto, debe estar orientada a evaluar los procesos personales de construcción personal del conocimiento.

La evaluación formativa se entiende como un refuerzo que ayuda al estudiante a reconstruir el tema de evaluación y como parte del proceso generador de cambio que puede ser utilizado y dirigido a promover la construcción del conocimiento.

Los modelos utilizados tradicionalmente centran la evaluación en cogniciones aisladas sin considerar su conexión con el marco de conocimientos general y personal del estudiante, esta tendencia a evaluar conocimientos como unidades ordenadas que se pueden aislar en forma artificial, no favorece la construcción del conocimiento que exige una evaluación que considere las cadenas complejas de significado y la interacción dinámica entre los mismos. Lo esencial en esta perspectiva es el concepto de integración, es decir, propone que cualquier tipo de conocimiento puede ser entendido mejor en el contexto de un sistema de significados más amplio que lo apoye y relacione.

La evaluación tradicional mide la cantidad de conocimientos u objetivos logrados, representados como la frecuencia de respuestas correctas en los instrumentos estructurados.

Las técnicas tradicionales se dirigen principalmente a evaluar el presente del estudiante y en el mejor de los casos el pasado reciente (evaluación acumulativa), las técnicas constructivistas enfatizan la evaluación del desarrollo.

La evaluación tradicional mide la cantidad de información memorizada por los estudiantes. En el enfoque constructivista, se centra la atención en el nivel de análisis, por lo tanto las capacidades del estudiante para clasificar comparar y sistematizar son claves para la evaluación formativa.

Esta forma de evaluación obtiene de los estudiantes un conjunto de construcciones personales y únicas con las que estructuran su propio conocimiento, mientras que la evaluación tradicional sitúa a los estudiantes en un conjunto de construcciones validadas externamente.

La evaluación en este marco tiene la intención de dar a los estudiantes una oportunidad para seguir aprendiendo; esto exige que el docente reconozca las diferencias individuales y de desarrollo de intereses, capacidades, destrezas, habilidades y actitudes. Así, la evaluación debe partir verificando lo que los estudiantes ya saben (evaluación diagnóstica).

La evaluación constructivista mide:

  • Los conocimientos adquiridos y la capacidad de los estudiantes para aplicarlos en situaciones variadas.
  • El desarrollo de destreza, habilidades y cambio de actitudes.
  • Si los estudiantes son capaces de establecer una relación con el conocimiento que difiere de la que demanda el docente.
  • Si los estudiantes contribuyen a aportar un nuevo significado al conocimiento, alterando incluso la dinámica de la interacción establecida por el docente en el aula.
  • La validez de construcción debe verificar si se está evaluando lo que realmente se espera que los estudiantes construyan, lo que implica una clara definición de capacidades; una declaración explícita de las normas, que deben ser justas para los estudiantes; una clara definición de criterios de evaluación, cuando será considerada una construcción buena, mala o regular; e instrucciones comprensibles para la comunicación de los aprendizajes.

La evaluación de competencias[editar | editar código]

La evaluación de la capacidad o del cometido o desempeño es una técnica de ejecución que requiere que el estudiante elabore una respuesta o un producto que demuestre su conocimiento, capacidades y habilidades. Con las técnicas de ejecución se pretende evaluar lo que los estudiantes pueden hacer, en lugar de lo que saben y que utilicen lo que saben para poder hacer.

Esta técnica también puede ser útil para el enfoque de evaluación constructivista.

La técnica de ejecución[editar | editar código]

Esta técnica evalúa el producto resultante: una escultura, un ensayo escrito dentro de criterios específicos, el resultado de un experimento, el resultado de un problema. El producto para su evaluación puede ser comparado con ciertas características esperadas (evaluación interna) o compararlo con otros productos como modelos (evaluación externa).

Este tipo de evaluación requiere de la integración de conocimientos sobre contenidos específicos, destrezas, capacidades, habilidades mentales y ciertas actitudes para lograr la meta.

Algunas de las destrezas que es necesario desarrollar a través de las asignaturas en la educación son las siguientes:

  • Destreza para explicar ideas y procedimientos, tanto en forma oral como escrita.
  • Formular y probar hipótesis, trabajar con iguales (pares) en forma productiva.
  • Hacer preguntas pertinentes.
  • Hacer comentarios útiles cuando se escucha.
  • Elegir problemas interesantes.
  • Diseñar buenos experimentos.
  • Tener una comprensión profunda de las teorías.

Criterios para evaluar una competencia[editar | editar código]

  • Las técnicas de evaluación deben evaluar los conocimientos, destrezas, capacidades, habilidades, actitudes y valores.
  • Seleccionar las técnicas más pertinentes pueden ser, por ejemplo, las pruebas escritas, la observación o la resolución de problemas o una combinación de técnicas, dependiendo de la habilidad que se desee evaluar y o el área específica de conocimiento.
Contraste entre la evaluación tradicional y la evaluación basada en competencias
Algunos supuestos que se empleaban relativos a la evaluación tradicional Ejemplo de supuestos relativos a la evaluación del cometido o desempeño que ahora se emplean
La evaluación de los cursos separada de las experiencias de aprendizaje. La evaluación es una parte integral del aprendizaje.
El examen final servía al docente para obtener un panorama completo de lo que el estudiante había aprendido en el curso. Se debe evaluar por medio de criterios objetivos y la evaluación en sí debe de retroalimentar al estudiante.
El examen de diagnóstico y el examen final proporcionaban la información necesaria sobre los logros del estudiante. La evaluación debe realizarse en múltiples tiempos, formas y contextos.
La evaluación cuantitativa era necesaria tanto para evaluar el conocimiento de las asignaturas como para clasificar a los estudiantes. La autoevaluación es una capacidad que es necesario desarrollar permanentemente, es una medida necesaria en el proceso de evaluación.

Principales instrumentos de evaluación[editar | editar código]

Anecdotario: Es el registro acumulativo y permanente, que hace el docente, de los hechos relevantes realizados o en los cuales ha participado el estudiante. Permite valorar, en especial, la conducta individual y colectiva del estudiante, sus actitudes y comportamientos.

Debate: Permite una evaluación cualitativa, es posible observar las capacidades del estudiante para argumentar así como ciertas actitudes.

Diarios o bitácoras: Es un registro escrito, de manera permanente, que realiza el docente sobre el planeamiento, desarrollo y evaluación de las actividades docentes. Es una descripción del aula en acción que permite al docente hacer explícito el mundo de las relaciones e interacciones que se suceden cuando está animando los aprendizajes (se desarrolla más adelante).

Encuestas y cuestionarios: Son listados de preguntas, por escrito, que se entregan a diferentes personas que pueden suministrar una determinada información.

Entrevista: La entrevista es una técnica que busca la formación del estudiante. La evaluación se lleva a cabo a través del diálogo. Mediante el diálogo se puede establecer la consistencia del razonamiento, de las adquisiciones y de las capacidades cognitivas del estudiante.

Ensayos: Evalúa calidad de argumentación, manejo de la información, apropiación de conceptos y teorías.

Escalas de valoración de actitudes: Son instrumentos que aprecian y miden la disposición (a favor o en contra) del estudiante hacia un objeto, grupo o situación.

Exámenes de desarrollo: Es el examen tradicional de tres a cinco preguntas que el estudiante debe contestar de manera individual. Es una prueba muy fácil de elaborar pero difícil de evaluar porque se presta para sesgos por parte del docente, cuando conoce a sus autores.

Se puede mejorar la calidad de esta forma de evaluación elaborando previamente los patrones de respuesta para las preguntas y capacitando monitores para que lean las respuestas de los estudiantes y las comparen con los patrones, con tres posibilidades de valoración: plena concordancia, mediana concordancia y ninguna concordancia.

Examen escrito: Es la técnica de evaluación utilizada tradicionalmente. El estudiante en estas pruebas recibe una serie de peticiones que ha de contestar o resolver, según sean de carácter teórico o práctico, en un periodo de tiempo determinado, en ocasiones esta técnica varía y se realizan exámenes orales con el mismo procedimiento.

Examen con posibilidad de consultar bibliografía: Pruebas encaminadas a resolver aspectos o casos con la posibilidad de consultar libros y apuntes previamente preparados por el estudiante. Se trata de evaluar la capacidad de obtener información, analizarla y resolver problemas prácticos, más que la memorización de unos conocimientos teóricos.

Un caso específico de prueba escrita dentro de las pruebas objetivas son los exámenes tipo test en los que se plantean preguntas cerradas con las respuestas predefinidas. Los estudiantes deben seleccionar la o las respuestas correctas entre las opciones planteadas. Generalmente suelen ser enunciados breves y respuestas igualmente no muy extensas. La ventaja de este tipo de prueba es su carácter objetivo, puesto que la puntuación no depende del docente que corrige, siendo posible incluso utilizar un lector óptico. Por una parte, presenta para el docente la ventaja de la rapidez y facilidad de evaluación. Entre los inconvenientes, las pruebas de tipo test son de difícil elaboración por parte del docente. La falta de concreción de las preguntas y la ambigüedad que pueden presentar las respuestas son otros problemas. Por otra parte y por lo general, las materias son ricas en matices y difíciles de encajar en una evaluación de preguntas cerradas con múltiples respuestas predeterminadas. Este sistema de evaluación fomenta en los docentes y en los estudiantes un enfoque centrado en los aspectos que se preguntan, por ejemplo, definiciones y clasificaciones. No desarrollan en el estudiante el proceso del pensamiento.

Grabaciones en audio o vídeo con guía de análisis: Cuando las grabaciones de audio o vídeo se utilizan en la enseñanza y el aprendizaje, los docentes pueden valorar el grado de apropiación de los contenidos de los mismos mediante guías de análisis que deben desarrollar los estudiantes.

Observación: La observación tiene un sentido de evaluación informal. Tanto el estudiante que hace de observador como el observado, deben conocer previamente las reglas del juego. Unos para saber a que atenerse y otros para apreciar el valor de lo observado.

Portafolio: Es un registro acumulativo que sistematiza la experiencia obtenida en un tema o asignatura y que se puede presentar en un fólder o carpeta de argollas. En el mismo se incluyen materiales de búsqueda bibliográfica, representaciones gráficas del material estudiado (mapas conceptuales, aspectos conceptuales, cuadros sinópticos, resúmenes elaborados por el estudiante sobre textos asignados por el docente) al igual que ensayos, informes, evaluaciones y las correcciones correspondientes o cualquiera otra producción intelectual.

Proyectos: Son aplicaciones de un tema o asignatura con los cuales se puede evaluar el grado de apropiación de los conocimientos, habilidades y destrezas intelectuales. Los proyectos permiten el ejercicio de la autonomía y la creatividad de los estudiantes. Los aprendizajes son lentos y exigen gran inversión de tiempo y trabajo, pero los aprendizajes son duraderos. Exigen mucha planeación de parte del docente para que el estudiante reciba todas las orientaciones necesarias antes de emprender el trabajo (más adelante se explica con mayor detalle).

Pruebas escritas: han sido el medio tradicional de evaluación del alumnado, sobre todo en la universidad. Esta técnica presenta diversas variantes.

Prueba teórica: El estudiante debe contestar una serie de temas de carácter teórico propuestos por el docente. Estos temas pueden ser de carácter extenso, donde se evalúa el conocimiento sobre un tema o apartado que el estudiante debe desarrollar o cuestiones más concretas y breves. Este tipo de evaluación puede plantear un aspecto determinado derivado del programa de la asignatura impartida o pedir que se relacionen conceptos y conocimientos a través de la relación de los conocimientos adquiridos.

Examen práctico: En este tipo de examen se deben resolver, unos supuestos o problemas planteados normalmente de carácter cuantitativo, en el que se aplican un determinado instrumento o modelo al fenómeno descrito.

Pruebas mixtas: Se utiliza de manera conjunta los dos tipos anteriores, se valora tanto el aprendizaje teórico como la capacidad de resolver cuestiones prácticas mediante la aplicación de los conocimientos teóricos adquiridos.

Pruebas objetivas: Se ocupan del conocimiento factual. La estructura de estas pruebas consiste en un enunciado que especifica en términos precisos los logros previstos. La redacción es tan exacta que sólo admite una interpretación para una única respuesta. Se tiene en cuenta no sólo el número de respuestas correctas, en una relación de buenas sobre el total de preguntas, sino la posición de cada estudiante en relación con el grupo de referencia (posición en la curva de distribución normal de puntajes). Presenta diferentes formas tales como: verdadero-falso, completar frases, opción múltiple (simple o compuesta), etc.

Seminarios: El seminario, y en particular el seminario de investigación, es una práctica didáctica y evaluativa que fomenta la construcción social del conocimiento. Aunque los aprendizajes son procesos individuales, en el aula se realiza la validación social de los mismos mediante procesos de interacción comunicativa. Las discusiones y debates alrededor del objeto de aprendizaje permiten al docente valorar no sólo el grado de dominio del tema por parte de los estudiantes, sino apreciar la capacidad discursiva y argumentativa de los mismos.

Solución de problemas: Responde a los enfoques de evaluación actuales. Desarrolla capacidades y habilidades del pensamiento. Mide tanto el proceso de enseñanza-aprendizaje, como el producto (se detalla más adelante).

Talleres: Son experiencias docentes que permiten demostrar la capacidad de aplicar conocimientos y destrezas en una determinada área del saber. En los talleres se pone en evidencia las capacidades de trabajo individual y colectivo de los estudiantes.

Tareas, ejercicios y actividades dentro o fuera del aula: Es la forma tradicional de reforzar y valorar los aprendizajes de los estudiantes. Requieren planeamiento e instrucciones muy claras para que la ambigüedad no constituya motivo de desconcierto y desesperanza de parte de los estudiantes al tratar de resolver algo que se les asigna con un alto grado de generalidad.

Técnica de casos: Apoya a la técnica de solución de problemas (se detalla más adelante).

Técnica de pregunta: Apoya a la técnica de solución de problemas, propicia el desarrollo del pensamiento abstracto, estimula la participación y retroalimentación de conocimientos (se desarrolla más adelante).

Instrumentos de evaluación centrados en el estudiante[editar | editar código]

Estos son el conjunto de herramientas y prácticas diseñadas para que los docentes puedan obtener información precisa sobre la calidad del aprendizaje de sus estudiantes.

También se emplean para facilitar el diálogo entre los estudiantes y el docente referente al proceso de aprendizaje y cómo mejorarlo. Entre ellas se incluyen:

Utilidad de los instrumentos de evaluación centrados en el estudiante[editar | editar código]

  • Establecen un conocimiento profundo en los estudiantes.
  • Identifican áreas de confusión.
  • Permiten al estudiante autoevaluar su nivel de aprendizaje.
  • Determinan los estilos de aprendizaje de los estudiantes.
  • Apoyan en la construcción de capacidades y habilidades específicas.
  • Proveen retroalimentación a corto plazo en el proceso de enseñanza y aprendizaje cotidiano cuando todavía se pueden realizar correcciones.
  • Proveen información valiosa sobre el nivel de aprendizaje del estudiante con una menor inversión de tiempo comparado con las pruebas u otros medios tradicionales de evaluación del aprendizaje.
  • Fomentan la perspectiva de la enseñanza como un proceso formativo.
  • Apoyan a los estudiantes para que puedan monitorear su propio aprendizaje.
  • Ayudan a romper con sentimientos de anonimato, particularmente en grupos grandes.

La autoevaluación[editar | editar código]

La autoevaluación es un elemento clave en el proceso de evaluación.

Autoevaluarse es la capacidad del estudiante para juzgar sus logros respecto a una tarea determinada: significa describir cómo lo logró, cuándo, cómo sitúa el propio trabajo respecto al de los demás, y qué puede hacer para mejorar.

La autoevaluación no es sólo una parte del proceso de evaluación sino un elemento que permite producir aprendizajes.

Debe ser enseñada y practicada para que los estudiantes puedan llegar a ser sus propios evaluadores.

Para evaluar es necesario:

  • Definir los criterios requeridos.
  • Definir los resultados individuales que se exigen.
  • Reunir evidencias sobre la actuación individual.
  • Comparar las evidencias con los resultados específicos.
  • Hacer juicios sobre los logros en los resultados.
  • La calificación puede consistir en apto o aún no está preparado.
  • Elaborar un plan de desarrollo para las áreas en que se considerara no preparado.
  • Evaluar el resultado o producto final.

Técnicas auxiliares[editar | editar código]

Las técnicas auxiliares incluyen:

Lecturas sugeridas[editar | editar código]

  1. Angulo Rasco, J. Félix, La evaluación del sistema educativo: algunas respuestas críticas al porqué y al cómo volver a pensar la educación. Madrid, Editorial Morata, Vol. II, ,1995.
  2. Apodaca, Pedro Miguel, Arbizu, F. y Olalde, C., “El factor humano en la evaluación del docenteado universitario: finalidad de la evaluación docente y calidad de la enseñanza”, en Formación pedagógica del docenteado y calidad de la educación. Valencia, Servicio de Formación Permanente de la Universidad de Valencia, 1993.
  3. Ausubel, DavidPsicología educativa, un punto de vista cognoscitivo. México, Editorial Trillas, 1981.
  4. Benedito Antoli, Vicente, Innovaciones en el aprendizaje universitario. Barcelona, Promociones y Publicaciones Universitarias, 1988.
  5. Casanova Ma. Antonia, “La evaluación en el momento actual, antecedentes”, en La evaluación educativa. México, SEP, 1998.
  6. Cobo Suero, Juan Manuel, La enseñanza superior en el mundo. Madrid, Editorial Nancea, 1979.
  7. De Alba, Alicia, “Hacia una reconstrucción histórico-conceptual del campo de la evaluación educativa”, en Evaluación curricular. México, UNAM-CESU, 2000.
  8. Lyons, Nona (comp.), El uso de portafolios, propuestas para un nuevo profesionalismo docente. Buenos Aires, Amorrortu, 2000.
  9. López Frías, Blanca Silvia, Elsa María y Kleen Hinojósa, Evaluación del aprendizaje, alternativas y nuevos desarrollos. México, Editorial Trillas, 2000.
  10. Pacheco Méndez, Teresa y Ángel Diaz Barriga, (coords.), Evaluación académica, CESU-UNAM-FCE, México, 2000.
  11. Schulmeister, R., “Formación pedagógica para docentes de enseñanza superior”, en Formación pedagógica del docenteado universitario y calidad de la educación. Valencia, Servicio de Formación Permanente de la Universidad de Valencia, 1993.
  12. Tenbrink, Terry D., EvaluaciónGuía práctica para docentes. Madrid, Nancea S. A. de Ediciones, 1988.
  13. Torres Santome, Jurjo, El currículum oculto. Madrid, Ediciones Morata S.A., 1986.
  14. Young, Robert, Teoría crítica de la educación y discurso en el aula. Barcelona, Ediciones Paidós, 1993.

Procedimiento mediante el cual -DIGEACE- reconoce formalmente que la institución educativa es competente para la realización de sus funciones en cuanto a la calidad de sus programas, su organización y funcionamiento administrativo.

Término introducido por Le Boterf, entendido como los conocimientos, procedimientos y actitudes que es preciso emplear para resolver una situación. Unos son recursos internos, que posee la persona, tales como conocimientos, procedimientos y actitudes

Es un documento funcional, generalmente breve, que sirve para comunicarse por escrito en situaciones de la vida cotidiana.

Término utilizado, a menudo, como un saber hacer. Se suele aceptar que, por orden creciente, en primer lugar estaría la habilidad, en segundo lugar la capacidad, y la competencia se situaría a un nivel superior e integrador. Capacidad es, en principio, la aptitud para hacer algo. Todo un conjunto de verbos en infinitivo expresan capacidades (analizar, comparar, clasificar, etc.), que se manifiestan a través de determinados contenidos (analizar algo, comparar cosas, clasificar objetos, etc.). Por eso son, en gran medida, transversales, susceptibles de ser empleadas con distintos contenidos. Una competencia moviliza diferentes capacidades y diferentes contenidos en una situación. La competencia es una capacidad compleja, distinta de un saber rutinario o de mera aplicación.

Conjunto de acciones (formas de actuar o de resolver tareas), con un orden, plan o pasos, para conseguir un determinado fin o meta. Se trata de saber hacer cosas, aplicar o actuar de manera ordenada para solucionar problemas, satisfacer propósitos o conseguir objetivos. Forman los contenidos procedimentales.

Proceso en que los estudiantes participan en la evaluación de su propio proceso de aprendizaje y determinan de manera consciente qué pueden y qué no pueden hacer.

Capacidad o disposición que ha desarrollado una persona para afrontar y dar solución a problemas de la vida cotidiana y a generar nuevos conocimientos. Es la capacidad para actuar de manera pertinente ante una situación compleja, movilizando de manera integrada los recursos necesarios para resolverla de modo adecuado.Tiene una doble dimensión: a) posesión de un conjunto de recursos o capacidades (cognitivos, de procedimientos y de actitudes), y b) capacidad para movilizarlos en una situación de acción.

Crecimiento o aumento en el orden físico, intelectual o moral.

Habilidad, facilidad o arte para hacer algo bien hecho.

Las “promesas” que los miembros de un equipo hacen uno al otro sobre su comportamiento.

Capacidad o destreza para hacer algo bien o con facilidad.

Identificación de una enfermedad a partir de sus síntomas. También: acción y efecto de recoger y analizar datos para evaluar problemas de diversa naturaleza.

En el continuo de coaching es el rol de ser muy directo y enseñar, mostrar, guiar, etc.