Diferencia entre revisiones de «Cómo aprendemos: 7 mitos y 13 lecciones»

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Revisión del 10:57 20 dic 2020

Stanislas Dehaene
Stanislas Dehaene

Stanislas Dehaene es un notable neurocientífico cognitivo que ha estudiado las bases neuronales de la lectura, la cognición numérica y la conciencia. Desde 2017 es profesor en el Collège de France y, desde 1989, director de la Unidad INSERM 562, "Neuroimagen cognitiva". Cuenta con una maestría en matemática y un doctorado en psicología experimental.[1]

Mitos[editar | editar código]

  1. Los niños no son tablas rasas: ya en el primer año vienen equipados con gran cantidad de información sobre objetos, números, probabilidades, espacio y personas.
  2. El cerebro del niño no es una esponja que absorbe todo obedientemente de su ambiente. Aún las disrupciones sensoriales no evitan desarrollar conceptos abstractos.
  3. El cerebro no es una red infinitamente maleable de neuronas. Ya al nacimiento tenemos estructuras claramente diferenciadas y la plasticidad cerebral solo ajusta las últimas conexiones.
  4. El aprendizaje no ocurre por exposición pasiva. Los niños son pequeños científicos que generan hipótesis y prueban modelos que proyectan sobre el mundo exterior.
  5. Los errores no son señal de un mal estudiante, sino una parte integral del aprendizaje que permite al cerebro ajustar sus modelos cuando detecta una discrepancia entre sus modelos y la realidad.
  6. El sueño no es simplemente descanso: es parte integral del aprendizaje en que se revisan y modelan las experiencias a ritmo acelerado.
  7. Las máquinas hoy no son capaces de superar el aprendizaje del cerebro humano: al menos por ahora sigue siendo mucho más efectivo y eficiente procesador probabilístico que extrae el máximo de información de los datos del día.

Lecciones para la educación[editar | editar código]

  1. No subestimes a los niños. Desde el nacimiento cuentan con un sofisticado conjunto de habilidades y conocimientos: conceptos sobre objetos, sentido del número, habilidad lingüística, conocimiento de la psicología de las personas que son las bases para la ciencia, el lenguaje y la filosofía. Aprovéchalos.
  2. Aprovecha los períodos sensibles de desarrollo cerebral. En los primeros años se crea una miríada de sinapsis y los niños debieran a exponerse a un segundo lenguaje, entre otros conocimientos. Esto se extiende al menos hasta la adolescencia.
  3. Enriquece el ambiente. El cerebro del niño es más que un supercomputador. Debemos respetarlo y darle lo que necesita para crecer: manipulables, conversaciones serias, preguntas retadoras, diversos idiomas.
  4. Rescindir el error de pensar que hay estilos distintos de aprendizaje. Todos circuitos y reglas de funcionamiento cerebral muy parecidos. Las diferencias están más en lo que sabemos en un momento dado y por esto el diagnóstico es muy importante.
  5. Pon atención a la atención. La atención es la puerta del aprendizaje. Debemos capturar la atención del niño y dirigirlo a lo que necesita si queremos que aprenda. Hay que evitar clases con distractores.
  6. Mantén a los niños activos, curiosos, involucrados y autónomos. Un estudiante pasivo aprende muy poco. Despierta su curiosidad e involucra su inteligencia.
  7. Haz que cada día en la escuela se pueda disfrutar. Los circuitos de recompensa cerebral son moduladores esenciales de la plasticidad cerebral. Más que el premio material, son las sonrisas, el aliento y la percepción del progreso propio. Debemos eliminar la ansiedad, especialmente en matemáticas.
  8. Alienta el esfuerzo. Placer no es igual que sin esfuerzo y puede llevar a los niños a pensar que si no es fácil será por que son todos. Adopta una mentalidad de crecimiento, no una mentalidad fija.
  9. Ayuda a los estudiantes a profundizar su pensamiento. Siempre apunta al aprendizaje profundo.
  10. Fija objetivos de aprendizaje claros y asegúrate que los estudiantes los conozcan claramente.
  11. Acepta y corrige los errores. Nuestro cerebro necesita mensajes de error para ajustar sus modelos mentales. No castiguemos el error, pero corrijámoslo tan pronto como sea posible con retroalimentación precisa y sin crear ansiedad.
  12. Practica regularmente. No basta aprender una vez. Hay que consolidar lo que se aprende para hacerlo automático, inconsciente y reflexivo. La práctica espaciada —múltiples sesiones breves en vez de una sola sesión larga— es la mejor estrategia.
  13. Deja que los estudiantes duerman. El sueño es una parte esencial del aprendizaje. Dejemos que los niños duerman largo y profundo. El repaso de un problema inmediatamente antes de dormir es una buena práctica. Y los adolescentes necesitan dormir más tarde: tienen el horario corrido.

Lemas[editar | editar código]

  1. Plena concentración
  2. Participa en clase.
  3. Aprende de tus errores.
  4. Practica cada día, aprovecha cada noche.

Notas[editar | editar código]

  1. Colaboradores de Wikipedia. Stanislas Dehaene [en línea]. Wikipedia, La enciclopedia libre, 2020 [fecha de consulta: 20 de diciembre del 2020]. Disponible en <https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Stanislas_Dehaene&oldid=129486447>.

Perteneciente o relativo al conocimiento. La dimensión cognitiva está formada por conceptos como construcciones o imágenes, que representan la realidad mediante clases o categorías. Está formada igualmente por un conjunto de procesos (percepción, memoria, lenguaje, pensamiento). A nivel más abstracto, también los principios, que relacionan o ligan determinados hechos o conceptos de un modo determinado.

Espacio vital en el que se desarrolla el ser humano. Conjunto de estímulos que condicionan al ser humano desde el momento mismo de su concepción.

Capacidad o destreza para hacer algo bien o con facilidad.

Conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente (DRAE). Facultad que sirve para establecer comunicación en un entorno social, se le considera como un instrumento del pensamiento para representar, categorizar y comprender la realidad, regular la conducta propia y de alguna manera, influir en los demás.

Identificación de una enfermedad a partir de sus síntomas. También: acción y efecto de recoger y analizar datos para evaluar problemas de diversa naturaleza.