Emociones negativas y aprendizaje

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# Boekaerts, M. (1993). Anger in relation to school learning. ''Learning and Instruction, 3,'' 269-280.
 
# Boekaerts, M. (1993). Anger in relation to school learning. ''Learning and Instruction, 3,'' 269-280.
# # Turner, J.E., & Schallert, D.L. (2001). Expectancy-value relationships of shame reactions and shame resiliency. ''Journal of Educational Psychology, 93,'' 320-329.
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# Turner, J.E., & Schallert, D.L. (2001). Expectancy-value relationships of shame reactions and shame resiliency. ''Journal of Educational Psychology, 93,'' 320-329.
 
# Zeidner, M. (1998). ''Test anxiety: the state of the art.'' New York, NY: Plenum.
 
# Zeidner, M. (1998). ''Test anxiety: the state of the art.'' New York, NY: Plenum.
  
 
[[Categoría:Herramientas]]
 
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Revisión del 01:34 21 sep 2017


Evitar las emociones negativas excesivas, pero también ayudar a los estudiantes a utilizar sus emociones negativas de manera productiva.

Resultados de la investigación[editar | editar código]

Las emociones negativas son emociones que se experimentan como desagradables. Al igual que las emociones positivas, las emociones negativas pueden variar en términos de activación fisiológica y cognitiva (o excitación). La ansiedad, la ira y la vergüenza están activando las emociones negativas, mientras que la desesperanza y el aburrimiento están desactivando las emociones negativas. Por ejemplo, la ansiedad hace que su frecuencia cardíaca aumente, mientras que el aburrimiento reduce tales señales de excitación. Las emociones negativas también influyen en el aprendizaje al afectar la atención de los estudiantes, la motivación, el uso de estrategias de aprendizaje y la autorregulación del aprendizaje. Atención. Las emociones negativas atraen la atención de los estudiantes lejos del aprendizaje. Por ejemplo, la ansiedad por la falta de un examen conduce a la preocupación por el fracaso y sus consecuencias, lo que reduce la atención centrada en las tareas. Del mismo modo, el aburrimiento durante las clases permite que la atención de los estudiantes se desvié y conduzca a sueños diurnos en su lugar. Al reducir la atención, las emociones negativas pueden socavar el aprendizaje y el logro. Motivación. Los efectos motivacionales de activar las emociones negativas son variables. Específicamente, la ansiedad y la vergüenza reducen el interés y la motivación intrínseca, pero pueden inducir motivación para invertir esfuerzo y asi evitar el fracaso. Esto es especialmente cierto si el estudiante está esperando tener éxito. Las emociones epistémicas negativas, como la confusión acerca de un problema cognitivo difícil, también pueden mejorar la motivación, siempre y cuando el estudiante todavía espera resolver el problema. Por el contrario, la desactivación de las emociones negativas, como la desesperanza y el aburrimiento, generalmente reducen la motivación de los estudiantes para aprender. Aprendiendo estrategias. La activación de las emociones negativas, como la ansiedad y la vergüenza, puede facilitar el uso de estrategias de aprendizaje rígidas como el ensayo simple y la memorización de los materiales de aprendizaje. La desactivación de las emociones negativas reduce el uso de las estrategias y promueve el procesamiento poco profundo de la información. Autorregulación del aprendizaje. Debido a que las emociones negativas reducen la capacidad del estudiante de usar pensamiento y acción flexibles, también socavan su autorregulación. En cambio, pueden promover la regulación externa del aprendizaje. Por ejemplo, la ansiedad puede motivar a los estudiantes a confiar en la orientación externa de los maestros y los padres.

En el aula[editar | editar código]

La evidencia de la investigación implica que las emociones negativas pueden obstruir fuertemente el aprendizaje de los estudiantes. Analizar la ansiedad, la desesperanza relacionada con el logro o el aburrimiento durante las lecciones pueden llevar a los estudiantes a retirar la atención, evitar el esfuerzo, posponer las tareas, realizar exámenes fallidos y abandonar la escuela. Las emociones negativas son un factor importante que explica por qué muchos estudiantes no están a la altura de su potencial y no siguen la carrera educativa que correspondería a sus habilidades e intereses. Además, estas emociones también ponen en peligro el desarrollo de la personalidad y la salud de los estudiantes, y contribuyen al alto número de suicidios entre los jóvenes en muchos países, tanto sin éxito como exitosos.

Por lo tanto, usted debe ayudar a los estudiantes a prevenir las emociones académicas negativas, y reducirlas si ya están ocurriendo, especialmente si estas emociones parecen estar ocurriendo con alta intensidad y frecuencia. Sin embargo, también debe considerar que las emociones negativas no siempre se pueden evitar al aprender, y que pueden utilizarse de manera productiva si se toman las precauciones adecuadas. Las versiones menos intensas de la ansiedad, el enojo o la vergüenza auto-relacionados pueden incluso promover el aprendizaje si los estudiantes confían en su éxito y una cierta confusión acerca de los problemas cognitivos puede facilitar el cambio conceptual y el desarrollo de estructuras de conocimiento más avanzadas dentro de los estudiantes.

Trate de reducir las emociones negativas excesivas en sus estudiantes, pero también cree una cultura de aula que permita a los estudiantes usar la energía proporcionada por las emociones desagradables para promover su aprendizaje. La clave para crear tal cultura es aumentar la confianza de los estudiantes en su capacidad para resolver problemas, enfocar sus metas en el dominio del material de aprendizaje y considerar los errores de los estudiantes como nuevas oportunidades de aprendizaje en lugar de fracasos personales. 5 a 9).

Lecciones sugeridas[editar | editar código]

  1. Boekaerts, M. (1993). Anger in relation to school learning. Learning and Instruction, 3, 269-280.
  2. Turner, J.E., & Schallert, D.L. (2001). Expectancy-value relationships of shame reactions and shame resiliency. Journal of Educational Psychology, 93, 320-329.
  3. Zeidner, M. (1998). Test anxiety: the state of the art. New York, NY: Plenum.

Perteneciente o relativo al conocimiento. La dimensión cognitiva está formada por conceptos como construcciones o imágenes, que representan la realidad mediante clases o categorías. Está formada igualmente por un conjunto de procesos (percepción, memoria, lenguaje, pensamiento). A nivel más abstracto, también los principios, que relacionan o ligan determinados hechos o conceptos de un modo determinado.

Término utilizado, a menudo, como un saber hacer. Se suele aceptar que, por orden creciente, en primer lugar estaría la habilidad, en segundo lugar la capacidad, y la competencia se situaría a un nivel superior e integrador. Capacidad es, en principio, la aptitud para hacer algo. Todo un conjunto de verbos en infinitivo expresan capacidades (analizar, comparar, clasificar, etc.), que se manifiestan a través de determinados contenidos (analizar algo, comparar cosas, clasificar objetos, etc.). Por eso son, en gran medida, transversales, susceptibles de ser empleadas con distintos contenidos. Una competencia moviliza diferentes capacidades y diferentes contenidos en una situación. La competencia es una capacidad compleja, distinta de un saber rutinario o de mera aplicación.

Indicadores de éxito de un plan escrito en forma específica.