Situaciones de aprendizaje
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En el Nivel de Educación Preprimaria, las situaciones de aprendizaje constituyen una estrategia metodológica que busca ofrecer diversas oportunidades para que todos los niños y niñas aprendan. Es necesario planificar experiencias con sentido, es decir, que se desarrollen en un contexto de aplicación que genere significatividad y que permita que los niños y niñas establezcan sus propios retos, exploren, experimenten y relacionen criterios que les permitan avanzar en la construcción propia de conocimientos y desarrollo de habilidades, disfrutando la etapa de vida que transitan.
Las experiencias planificadas en una situación de aprendizaje son organizadas, articuladas entre sí, siguen un mismo hilo conductor y responden a un propósito previamente definido.
Es necesario organizar el tiempo, el espacio y los recursos, así como, los aprendizajes esperados; implica propiciar un clima afectivo que genere confianza y que se fundamente en el amor y la ternura; y, estimula la participación activa de los niños, alentando un genuino interés por
aprender, mediante el juego, la literatura, el arte y la exploración de su mundo. El tiempo que se requiere para desarrollar una situación de aprendizaje depende del tipo de experiencias que se planifiquen, por lo tanto, puede durar una sesión o extenderse a varias sesiones de clase. El tiempo para el desarrollo de una situación de aprendizaje debe planificarse en función de los periodos de atención de los niños, según su etapa de vida.
Es importante considerar que, los lapsos de atención sostenida durante la niñez son limitados, pero que se requiere ejercitarlos para su fortalecimiento.
Los niños entre 4, 5 y 6 años, suelen lograr permanecer interesados y activos en una experiencia, un promedio de 4 a 10 minutos, ampliándose según la significatividad de la experiencia y el interés que les genera. Se sugiere que la duración de cada situación de aprendizaje sea de aproximadamente una semana; esto considerando que se contaría con varios días para desarrollar todas sus experiencias. Para efectos de la organización pedagógica, se recomienda a los docentes planificar distribuyendo las experiencias de aprendizaje de cada situación, en los diferentes días de la semana.
Las experiencias que se planifican en una situación de aprendizaje responden a una metodología integradora, constructivista y a principios fundamentales del aprendizaje infantil. Esta metodología integra diferentes experiencias que no necesariamente responden a un orden rígido y pueden repetirse durante el proceso de acuerdo con lo planificado o respondiendo a necesidades observadas.
Experiencias de una situación de aprendizaje[editar | editar código]
Motivar y activar: el aprendizaje sucede cuando se conectan los saberes previos, con el nuevo conocimiento; para que esto suceda, es necesario propiciar una experiencia que desafíe y genere expectativa en los niños y niñas, intentando ubicar, entre sus conocimientos ya afianzados, aquellos que se relacionan con lo nuevo que se está planteando.
Los desafíos impulsan a buscar respuestas o resolver situaciones movilizando diversos aprendizajes; en ocasiones utilizando respuestas no comunes que permiten el desarrollo del pensamiento lateral o divergente. Los desafíos se pueden plantear como preguntas de alta demanda cognitiva, problemas a resolver, acertijos, laberintos, mapas, crucigramas, entre otros. La intención es generar conflictos cognitivos que inspiran e impulsan a los niños para el aprendizaje.
La movilización de aprendizajes previos y las emociones que se generan ante los nuevos conocimientos son indispensables porque disponen a los niños y niñas para el aprender. Los aportes más recientes de neurociencia a la educación determinan, incluso que, sin emoción no existe aprendizaje.
Explorar: despertar y desarrollar la curiosidad natural de los niños mediante experiencias que les lleven a observar e indagar, de forma libre o dirigida, diferentes elementos, fenómenos o relaciones de su entorno, generando en ellos la necesidad de buscar respuestas, resultados o soluciones.
Experimentar: propiciar momentos, espacios y recursos para que los niños y niñas encuentren por su propia experiencia las respuestas a sus inquietudes y descubran nuevas formas o posibilidades de aprender: ensayando, confrontando, comprobando, entre otros; involucrándose de forma activa y reflexiva en su aprendizaje y reconociendo los errores como oportunidades para mejorar.
Crear: generar oportunidades para que los niños y niñas piensen, construyan, propongan y proyecten alternativas novedosas y originales, que les permitan seguir aprendiendo, enfrentar nuevas situaciones y expresarse creativamente mediante múltiples lenguajes; lo que permitirá que se fortalezcan como pensadores autónomos.
Reflexionar: propiciar momentos y acciones para que los niños recapaciten respecto a su propio proceso de aprendizaje a fin de que tengan conciencia de qué y cómo aprendieron; y que ejerzan control sobre aquellos pasos, acciones y actitudes que les facilitaron aprender; y, descubran rutas y formas propias para seguir aprendiendo (metacognición).
Demostrar: motivar a los niños y niñas para que muestren las habilidades y conocimientos que desarrollaron a partir de lo que han explorado, experimentado y construido, con el propósito de verificar los aprendizajes logrados y los que aún se encuentran en proceso. Esta experiencia permite confrontar los desempeños de los niños con los criterios de evaluación propuestos para cada unidad.
Se realiza durante el desarrollo de cada situación de aprendizaje con el apoyo de intrumentos apropiados.
Un aprendizaje es significativo si, en primer lugar, el contenido suscita interés para el alumno o alumna. Dicho interés es algo a construir, estableciendo relaciones significativas con lo que ya conoce o ideas previas. Se suele distinguir ente significatividad lógica, la información presentada tiene una coherencia interna
Término introducido por Le Boterf, entendido como los conocimientos, procedimientos y actitudes que es preciso emplear para resolver una situación. Unos son recursos internos, que posee la persona, tales como conocimientos, procedimientos y actitudes