Parte III. Lectoescritura inicial - Escritura inicial
Cuando se habla de enseñar y aprender a escribir, con frecuencia se piensa en el trazo de las letras; sin embargo, la escritura, composición o expresión escrita implica tanto los procesos motrices de producir un texto como los procesos cognitivos necesarios para comunicarnos. La lengua escrita está inmersa en la vida cotidiana de las personas y sirve para comunicarse. Cuando los niños ingresan a la escuela, adquieren el código escrito que les permite comunicarse mediante palabras escritas, mediante la escritura manuscrita primero y luego, mediante el uso de otros medios o tecnologías.
Relación entre la lectura y la escritura[editar | editar código]
El proceso de adquisición de la lectoescritura suele desarrollarse de manera paralela. Condemarín[1] (tomando en cuenta las ideas de Anderson, 1977; MacGinitie, 1978; Goodman, K. y Y., 1978; Smith, F, 1982; Birnbaum y Emig, 1983) encuentra que la lectura y escritura son semejantes en varios aspectos, entre ellos que ninguna de las dos son inherentes al ser humano, por lo cual deben ser aprendidas; además, ambas requieren de procesos complejos y de una etapa de aprendizaje que lleve a la automatización por lo cual requieren de práctica continúa.
La autora referida también observa algunas diferencias; por ejemplo, que en la lectura el estudiante obtiene la información de un texto; mientras que en la escritura, plasma sus ideas en él. En uno recibe un mensaje, en la otra, lo emite. Por otra parte, el lector puede interactuar con el texto sin la necesidad de la escritura, pero para escribir se requiere constantemente de la lectura porque quien escribe relee constantemente su trabajo.
Proceso de adquisición de la lengua escrita[editar | editar código]
Los niños se inician en el proceso de adquisición de la escritura mediante el dibujo infantil, como primer trazo significativo. Los dibujos, además de representar algo sobre el objeto que representan, expresan un mensaje del niño que lo realiza. Desde pequeños descubre que hay diferencia (aunque sea mínima) entre lo que dibujan y lo que escriben. Conforme avanza en el aprendizaje de la escritura, separa estos procesos en actos independientes.
Ferreiro y Teberosky[2], además de Ferreiro y Gómez Palacio[3], investigaron la manera como los niños iban desarrollando sus conocimientos de la lengua escrita e indican que normalmente se siguen diversas etapas en la comprensión de las formas alfabéticas de la escritura. Estas etapas se conocen como niveles de conceptualización en el proceso de adquisición de la lengua escrita.
Nivel presilábico[editar | editar código]
En esta etapa los niños identifican que los dibujos y las letras representan algún objeto y tienen la idea de que no es lo mismo dibujar que escribir. Distinguen el dibujo de la escritura, aunque a veces piensen que si se escribe y no hay dibujo, “el texto” no revelará mucho. Dado que en esta etapa no hay una correspondencia entre lo que se gráfica y los sonidos convencionales de la lengua, ni hay control de las letras, la persona que escribe es la única capaz de saber qué dice su texto.
Algunos niños, cuando escriben, consideran el tamaño del referente. Por ejemplo, si anotan el nombre de algo grande, escribirán muchas letras; si el objeto que se trata de representar con la escritura es pequeño, graficarán pocos elementos.
Hacia el final de esta etapa, los niños ya empiezan a identificar que para escribir algo necesitan varios caracteres. También principian a definir algunos conocimientos acerca de la linealidad, (las letras no se colocan una encima de otra, sino que se escriben una detrás de la otra), y de la dirección de la escritura convencional (se escribe de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo).
Nivel transición presilábico-silábico[editar | editar código]
En este nivel, el niño emplea un rasgo gráfico para cada sílaba y aumenta las letras que incorpora a su escrito.
Nivel silábico[editar | editar código]
En este nivel, el niño considera que a cada rasgo gráfico le corresponde un valor sonoro de sílaba. Los elementos gráficos que utiliza pueden parecerse o no a los trazos de las letras que trata de representar.
Nivel de transición silábico-alfabético[editar | editar código]
Al escribir en este nivel, los niños formulan a veces hipótesis silábicas y en ocasiones con una idea de la escritura como sistema alfabético.
Nivel alfabético[editar | editar código]
En este nivel los niños presentan textos escritos en los que a cada rasgo gráfico le corresponde un valor sonoro de fonema. Algunas veces pueden usar rasgos gráficos o letras que no pertenecen al código convencional, pero este conocimiento lo adquirirán poco a poco. Al llegar a esta etapa se dice en términos generales que el niño ya sabe escribir. Cuando los niños llegan a este nivel, es importante orientarlos en las convenciones de la escritura; por ejemplo: que se escribe de izquierda a derecha o que, entre una palabra y otra, hay que dejar un espacio en blanco.
Cómo desarrollar la escritura[editar | editar código]
Con frecuencia, el aprendizaje de la escritura en primer grado se restringe a lograr el trazo correspondiente a cada sonido; sin embargo, es fundamental enseñar a los estudiantes a formar palabras y oraciones para trasmitir ideas por escrito. A continuación se explican algunas estrategias que favorecen el gusto y desarrollo de la comunicación escrita en los estudiantes.
a. Modelar a los niños cómo escribir
Al acompañar el aprendizaje de la escritura de los niños, es importante motivarlos a escribir textos de diferente índole. En el primero momento, el maestro modela la escritura de un texto frente a sus estudiantes; el maestro va hablando y escribiendo, en el pizarrón, lo que dice. Podría ir modelando cómo se escriben diferentes tipos de textos, por ejemplo, modelar cómo escribir una carta a un amigo o una anécdota corta. Luego, acompaña a los estudiantes a escribir su propio texto.
b. Propiciar temas atractivos para que los estudiantes escriban
Uno de los temas que influye mucho en el aprendizaje y desarrollo de la escritura es ofrecer a los estudiantes temas que les resulten atractivos. La mejor opción en este caso es propiciar que los niños seleccionen los temas sobre los cuales van a escribir. Según Graves[5] “Los datos muestran que los escritores que aprenden a escoger sus temas amplían tanto su información como sus técnicas con el mejor de los temas. Con un tema muy bueno el niño ejerce el máximo control, deja bien clara la propiedad de su obra y, con dicha propiedad, muestra su orgullo por lo que ha realizado” (p. 25).
c. Publicar los textos escritos por los niños
Cuando escribimos siempre esperamos comunicarnos con alguien. Incluso cuando se escribe un diario personal se está pensando en alguien que podría leer nuestro texto. Publicar los trabajos de los niños contribuye a que ellos entiendan que se escribe para alguien más y a su desarrollo como escritor. Ver publicados sus textos se convierte, poco a poco en una razón para escribir. Graves[5] dice que “La publicación es importante para todos los niños”. Se pueden publicar diferentes trabajos de los niños en carteleras, en periódicos murales y otros.
d. Usar un proceso sistemático para escribir
Para que los niños se familiaricen con la escritura de diferentes tipos de texto y para que implementando un proceso de monitoreo de su producción escrita, el docente puede guiarlos siguiendo un proceso como el que se ejemplifica en el siguiente figura:
A continuación se explica brevemente cada paso.
1. Planificación del texto
En este paso seleccionan el tema, y determinan el propósito y la audiencia. Para seleccionar el tema puede usar varias estrategias, tales como discutir en el grupo o propiciar una lluvia de ideas.
2. Elaboración del primer borrador
En esta etapa solicite que cada estudiante organice la información y desarrolle el tema, de acuerdo con el tipo de texto que escribirán.
3. Conversación sobre el texto
En esta paso el niño comparte su primer borrador con el maestro y recibe su retroalimentación, en este caso se conversará sobre el contenido y la organización. Cuando el maestro opine sobre el texto, es conveniente que empiece mencionando aspectos positivos. Los aspectos que el maestro debe tener en cuenta al brindar la retroalimentación de los textos son:
- Resaltar los aspectos positivos del texto.
- Dar sugerencias específicas sobre el contenido y organización.
- Asegurar que la estructura del texto está alineada con el propósito (consistencia interna).
- Escuchar el punto de vista del autor.
4. Nuevo borrador
Después, el maestro pedirá al niño que escriba una nueva versión. Es posible que un niño necesite escribir varios borradores y recibir retroalimentación varias veces.
5. Revisión de la forma
La revisión se basará en la gramática del idioma, ortografía y puntuación. El estudiante puede autocorregirse o recibir las recomendaciones por parte del maestro. Para esta revisión se pueden usar listas cotejo que incluyan preguntas; por ejemplo: ¿comencé cada oración con letra mayúscula?, ¿usé punto o signo al final de cada oración?, ¿circulé las palabras que pueden estar mal escritas?, ¿verifiqué cómo se deletrean las palabras?
6. Publicación
Este es el paso final del proceso, se logra cuando el estudiante comparte su escrito.
Banco de actividades[editar | editar código]
Para practicar[editar | editar código]
Notas[editar | editar código]
- ↑ Condemarín, M. (1984). “Relaciones entre la lectura y la escritura en el desarrollo de la comprensión de la lectura” Primer Congreso Latinoamericano de Lectoescritura, Costa Rica, del 9 al 13 de julio de 1984.
- ↑ Ferreiro, E., y A. Tebersosky. (1989). Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño (Décimo primera ed.). México, D. F., México: Siglo XX I Editores.
- ↑ Ferreiro y Gómez Palacio (1982)
- ↑ 4,0 4,1 Díaz, M. R. y A. Caballero (2003) “El desarrollo de las competencias comunicativas en la alfabetización inicial.” Revista de la Universidad Castilla-La Mancha. No. 13 Año XX VIII - Enero/Diciembre de 2003 - 2a. Época. Número 13
- ↑ 5,0 5,1 Graves (2002)
Proceso mecánico mediante el cual se aprende a representar palabras y oraciones con la claridad necesaria para que puedan ser leídas por alguien que tenga el mismo código lingüístico. La escritura es la representación gráfica de nuestro lenguaje.
Se entiende como el “conjunto de normas que regulan la correcta escritura de una lengua”.(Asociación de Academias de la Lengua Española, ASALE. (2010). Ortografía de la lengua española. España: Espasa).
En gramática, se entiende por oración a la estructura que está formada por sujeto y predicado. Una oración transmite una idea completa.