Lineamientos Metodológicos y Elementos de Evaluación - Preprimaria
En el Nivel Preprimario el proceso educativo se desarrolla por medio de acciones físicas, mentales, sociales y emocionales que promueven la construcción de nuevos aprendizajes que contribuyen al desarrollo integral de la niñez. Utiliza el juego como elemento esencial de la metodología, además de técnicas e instrumentos donde el niño y la niña son los y las protagonistas.
Los aprendizajes que los niños y las niñas adquieren en este nivel contribuirán a su desarrollo en la medida que constituyen aprendizajes significativos y activos. Para ello, el niño y la niña deben ser capaces de establecer relaciones entre sus conocimientos y experiencias previas y los nuevos aprendizajes, lo cual requiere que las actividades y tareas que se lleven a cabo tengan un sentido claro para él o ella en el entorno en donde se desenvuelve.
A pesar de que no hay un método único para trabajar en las etapas de este nivel, el método global se perfila como el más adecuado para que los aprendizajes sean significativos y activos. El principio del método global supone que el aprendizaje es el producto de múltiples conexiones de relaciones que se establecen para que los significados que se generen sean amplios y diversos.
El o la docente propone a los niños y las niñas secuencias de aprendizaje, pequeños proyectos, unidades didácticas, temas generadores o rincones de aprendizaje que requieren la integración de contenidos de diferente tipo y de distintas áreas. También se considera conveniente plantear actividades que alternen con las propuestas de integración así como para la consideración de los ejes del curriculum. Entre estas actividades se pueden mencionar las siguientes.
Los hábitos se dan por la práctica constante de acciones, se forman desde los primeros años de vida y una vez que la persona los practica, no se olvidan, por lo tanto la edad propicia para su formación es en la infancia. A partir de los dos años aproximadamente es cuando existe madurez suficiente para la adquisición de los hábitos. |
- Promoción de acciones que propicien la formación de hábitos en los niños y las niñas.
- Creación de un ambiente de armonía que permita al niño y a la niña reflexionar acerca de sus comportamientos y actitudes.
- Fomento de la autonomía moral como un acto de libertad que permita el autocontrol.
- Motivación de los niños y las niñas de manera que, en forma voluntaria, expresen sus ideas, sentimientos y emociones.
- Establecimiento, por el grupo, de normas y límites dentro de un marco de respeto y tolerancia, de manera que se asuman con responsabilidad y se practiquen por convencimiento propio.
- Promoción de la acción-reflexión permanente, el cuestionamiento, la crítica y la creación de alternativas para la convivencia entre las personas dentro de un ambiente de paz y democracia que lleve a la revisión, búsqueda de alternativas y negociación.
- Selección de actividades que se realizan en el centro para fomentar, entre niños y niñas, el sentido de responsabilidad, independencia, autonomía y creatividad.
- Uso de frases creativas que favorezcan el respeto, que inviten a esperar turno y que fomenten la independencia.
- Uso del lenguaje como instrumento para propiciar el respeto por los derechos individuales, los de identidad, la equidad entre hombres y mujeres y así evitar la invisibilización de la mujer.
- Organización de experiencias para despertar en niños y niñas, la familia y la comunidad actitudes positivas hacia la comprensión y la valoración de la forma de vida.
El aprendizaje significativo[editar | editar código]
El aprendizaje significativo es el resultado de una experiencia directa e inmediata con los objetos, los hechos y las personas e implica una acción directa y activa por parte del niño y de la niña. Requiere un conocimiento profundo por parte del o de la docente de los procedimientos metodológicos necesarios que permitan la conjugación eficaz de la orientación del proceso de enseñanza con la acción de aprendizaje que realizan el niño y la niña por sí mismos (as).
El tratamiento metodológico del aprendizaje significativo y activo debe gerantizar lo siguiente.
- Que el niño y la niña exploren con todos los sentidos. Los niños y las niñas aprenden porque investigan, no porque se les digan las cosas y en esta búsqueda hay que posibilitar que los aprendizajes sean generados por las más diversas vías.
- Que el niño y la niña descubran las relaciones por la experiencia directa. Esto implica dar la oportunidad de acción para que experimenten directamente, lo que hace necesario
- estimular al niño y a la niña para que hablen de lo que hacen
- permitir que señalen las relaciones entre los objetos que observan y utilizan
- dejar que los niños y las niñas hagan las cosas por sí solos (as), aunque demoren
- sugerir opciones y posibilidades de actuación que permitan al niño y a la niña, desde el inicio, encontrar las respuestas por sí mismo o sí misma. En el caso que el niño o la niña necesite ayuda, es importante que el o la docente evite dar la solución o resolver la situación.
- Que los niños y las niñas manipulen, transformen y combinen materiales. Es importante que cuando el niño y la niña realizan estas acciones, descubran las relaciones que se dan entre los objetos y las acciones que ocurren entre los sucesos, por lo tanto se debe
- Proporcionar materiales que permitan la manipulación, transformación o combinación. El o la docente debe destacar cómo huelen, se ven, se sienten, suenan, mediante preguntas que estimulen la exploración activa de los mismos.
- Ampliar el uso de materiales. Generalmente los niños y las niñas suelen adjudicar determinadas acciones a un objeto y les cuesta trabajo ubicarles otras funciones, lo que sucede también con los materiales. Buscar otras posibilidades de los objetos y materiales permite descubrir nuevas relaciones. Todo ello se puede estimular con preguntas o sugerencias.
- Provocar la acción con los materiales; debe evitarse recaer únicamente en la respuesta verbal. Si el niño o la niña están interactuando con los materiales y el o la docente desea enriquecer dicha actividad, puede sugerirle: “Muéstrame cómo podríamos hacer música (u otra cosa) con esto”.
- Que niños y niñas elijan actividades, objetos y materiales: Siempre que sea posible el o la docente ha de posibilitar que los niños y las niñas decidan dónde trabajarán, con qué trabajarán, qué harán y cómo lo harán. Para esto debe propiciar la elaboración conjunta de lo que se ha de hacer.
Diversos autores han propuesto que es mediante la realización de aprendizajes significativos que el niño y la niña construyen significados que enriquecen su conocimiento del mundo físico y social, potenciando así su crecimiento personal. Por lo tanto, para que el aprendizaje sea efectivo tiene que considerar principios como los siguientes:
- Partir de los conocimientos y experiencias previas, relacionándolas con los nuevos aprendizajes, lo cual requiere que las actividades y tareas que se lleven a cabo tengan un sentido claro.
- Ir siempre de lo concreto a lo abstracto, permítales principiar siempre manipulando el objeto con diversos movimientos exploratorios para que se familiaricen con el mismo. Esto permite, posteriormente, proyectarlo all plano simbólico.
- Ir de lo simple a lo complejo. No sólo se refiere a la progresiva complicación del conocimiento por adquirir, sino también a que el aprendizaje parte de acciones inicialmente simples y progresa hacia acciones cuya coordinación es más compleja.
- Ir de lo cercano a lo lejano, el aprendizaje va de lo que está aquí, ahora, en este momento, a lo que está allá, después, más tarde. Las acciones son dirigidas en un momento inicial a cosas que están temporal y espacialmente presentes y que luego se distancian, se alejan del radio de acción directo.
El papel del adulto en el aprendizaje significativo[editar | editar código]
Para que el desarrollo de la capacidad de generar nuevos conocimientos y de aplicarlos en un entorno determinado sea evidente en el niño y la niña, es necesario que el o la docente:
- sea orientador(a) y facilitador(a) del desarrollo; su meta es promover el aprendizaje significativo y activo del niño y la niña.
- proporcione materiales y propicie situaciones de aprendizaje para que el niño y la niña seleccionen lo que desean hacer.
- proporcione la estimulación necesaria para que el y la niña planeen lo que van a hacer y cómo va a hacerlo.
- prepare el escenario para las experiencias haciendo las preguntas y sugerencias pertinentes.
- permita que el niño y la niña descubran, por sí mismos (as), las relaciones esenciales sin imponer sus ideas o concepciones.
- proporcione alternativas para que los niños y las niñas seleccionen y elijan cómo hacer lo que deben hacer. Evite dar respuestas o soluciones.
- estimule a que los niños y las niñas hablen de sus conocimientos, de lo que hacen y cómo lo hacen, para hacerles conscientes de la relación esencial.
- responda aquellas preguntas que los niños y las niñas directamente le hagan, procurando revertir el procedimiento para que sean ellos quienes encuentren por sí solos (as) la respuesta.
- brinde la ayuda necesaria cuando los niños y las niñas demuestren dificultad al resolver los problemas por sí mismos (as) y cuando los procedimientos metodológicos cotidianos no permitan encontrar la solución.
- trabaje conjuntamente con el niño o la niña cuando haya dificultades en la solución del problema, activando su zona de desarrollo potencial.
Como puede verse, la base del aprendizaje significativo y activo está en la labor conjunta del y de la docente y el niño o la niña que aprende mediante un proceso en el que, de manera situada y activa, realizan su propio proceso de aprendizaje.
Organización del ambiente educativo[editar | editar código]
Una adecuada organización del ambiente, incluyendo espacios, recursos materiales y distribución del tiempo, es fundamental para la consecución de las intenciones educativas. El o la docente debe ofrecer una gama variada y estimulante de materiales que proporcionen múltiples oportunidades de manipulación de acuerdo con los esquemas culturales del Pueblo al cual pertenece el niño y la niña.
La selección, preparación y disposición del material y su adecuación a las necesidades de aprendizaje son elementos esenciales en esta etapa por lo que se sugiere lo siguiente.
- Organizar el ambiente educativo con una visión integral e integradora del currículum.
- Brindar oportunidades para el juego, para el desarrollo de experiencias innovadoras y desafiantes que contribuyan a favorecer la construcción del conocimiento y de las relaciones interpersonales, de la creatividad, del descubrimiento, de la exploración, la experimentación y la resolución de problemas.
- Promover las relaciones interpersonales que propicien un clima de armonía, respeto y confianza de acuerdo con las características y necesidades de los niños y las niñas.
- Propiciar ambientes, fuera y dentro del aula, que sean flexibles, cálidos, acogedores y libres de peligro, en donde los niños y las niñas puedan divertirse, jugar, interactuar y sentirse a gusto.
- Integrar a la familia y miembros de la comunidad en las actividades del trabajo diario.
Ambientación del aula[editar | editar código]
El nuevo enfoque curricular plantea la ambientación del aula, vista esta, como un refuerzo de los aprendizajes y habilidades que se desarrollan, por lo que para ambientar el aula el o la docente debe:
- crear un mundo letrado, rotulando cada objeto y espacio del ambiente, para estimular la creación del vocabulario visual básico.
- verificar que todo el material esté contextualizado, esto quiere decir, que debe responder a las características de cada comunidad.
- establecer, con los niños y las niñas, un compromiso de clase para garantizar la inserción de normas de conducta, así como las sanciones ante el incumplimiento de las mismas. Este compromiso debe permanecer en un lugar visible, para que los niños y las niñas lo tengan presente.
- preparar material para controlar la asistencia de los niños y las niñas.
- realizar, con niños y niñas, un calendario, que refuerce la captación socializada del tiempo.
- elaborar un horario flexible que pueda ser movilizado de manera que, en compañía de los niños y las niñas, se decida, diariamente, el orden y el espacio para desarrollar las acciones planificadas.
- preparar una cartelera para cada una de las áreas para reforzar los contenidos (declarativos, procedimentales y actitudinales) que vaya desarrollando. A cada área puede designarle un color o identificarla con su correspondiente logo.
- preparar un cartel de responsabilidades semanales. Se pueden asignar turnos para repartir material, cuidar plantas, velar por la higiene y seguridad de su aula y para atender situaciones que surjan de acuerdo a las necesidades.
- definir estrategias, medios y recursos que contribuyan a garantizar el disfrute y la permanencia en la institución de estudiantes con necesidades educativas especiales, según sus características y necesidades.
- asignar espacios para el recibimiento, la alimentación, la higiene y el aseo personal, el juego, el movimiento, entre otros.
Clima afectivo en el aula[editar | editar código]
El clima afectivo en el aula es una condición básica para garantizar el desarrollo y un ambiente de felicidad para los y las menores, éste se logra por medio del respeto y del cuidado hacia cada uno de ellos, por lo que es necesario:
- transmitirles seguridad en el desarrollo de su capacidad para solucionar conflictos
- hacerles sentir que son estimados y estimadas
- hacerles ver que se valoran sus esfuerzos
- reforzar las relaciones grupales por medio de tareas compartidas
- permitirles actuar con autonomía.
La creación de vínculos afectivos proporciona al niño y a la niña equilibrio emocional y redunda positivamente en una mayor disponibilidad para el establecimiento de relaciones sanas (familiares, sociales, laborales y otras), mismas que son consideradas como base para la motivación, el aprendizaje, y la formación de la autoestima.
El clima emocional positivo, para los niños y las niñas, se ve reflejado en los buenas relaciones que observan entre los miembros de su familia y en la actitud de cooperación entre docentes y otras personas que interactúan en la escuela. Es decir que la forma en que los adultos se relacionan entre sí es la mejor influencia para que los y las menores aprendan a resolver problemas.
Cabe mencionar que las experiencias en la vida emocional que el niño y la niña viven durante los primeros años de vida son de gran importancia para su desarrollo afectivo y social. Este nivel de educación favorece las vías de socialización al permitir de forma lenta y organizada que los niños y las niñas ingresen en un contexto de interacción con otros menores, así como con adultos que no son los de su entorno familiar cotidiano.
Cada uno de los adultos que participa en el proceso educativo, deberá manifestar una actitud de respeto y confianza hacia los niños y niñas, y de estima y afecto hacia la comunidad y las familias. Estas actitudes permitirán a padres y madres sentirse interesados e involucrados en el proceso educativo de sus hijos e hijas.
El equipo docente y la familia[editar | editar código]
La Educación Preprimaria alcanza su pleno sentido en un marco de colaboración y coordinación entre las personas que inciden directamente en el proceso educativo de los niños y las niñas: el equipo docente y las familias.
La existencia del equipo docente es indispensable para asegurar coherencia y continuidad en la acción educativa. El equipo actuará conjunta y responsablemente en las tareas y funciones que le son propias. Estas se refieren a la elaboración, desarrollo y evaluación del programa educativo.
La familia desempeña un papel crucial en el desarrollo del niño y la niña. En este sentido, el o la docente comparte con ella la labor educativa, completando y ampliando sus experiencias formativas. La eficacia de la educación preprimaria depende, en gran medida, del logro de los criterios educativos en los distintos momentos de la vida del niño y la niña; para que esto sea posible, es necesaria la comunicación y coordinación entre docentes, padres y madres de familia.
En la teoría del aprendizaje significativo, la persona que aprende –aprendiz– es el centro del proceso, el que construye su propio aprendizaje al atribuirle significado a lo que aprende.
Espacio vital en el que se desarrolla el ser humano. Conjunto de estímulos que condicionan al ser humano desde el momento mismo de su concepción.
Las “promesas” que los miembros de un equipo hacen uno al otro sobre su comportamiento.
Conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente (DRAE). Facultad que sirve para establecer comunicación en un entorno social, se le considera como un instrumento del pensamiento para representar, categorizar y comprender la realidad, regular la conducta propia y de alguna manera, influir en los demás.
Término utilizado, a menudo, como un saber hacer. Se suele aceptar que, por orden creciente, en primer lugar estaría la habilidad, en segundo lugar la capacidad, y la competencia se situaría a un nivel superior e integrador. Capacidad es, en principio, la aptitud para hacer algo. Todo un conjunto de verbos en infinitivo expresan capacidades (analizar, comparar, clasificar, etc.), que se manifiestan a través de determinados contenidos (analizar algo, comparar cosas, clasificar objetos, etc.). Por eso son, en gran medida, transversales, susceptibles de ser empleadas con distintos contenidos. Una competencia moviliza diferentes capacidades y diferentes contenidos en una situación. La competencia es una capacidad compleja, distinta de un saber rutinario o de mera aplicación.
Crecimiento o aumento en el orden físico, intelectual o moral.
Incitación o excitación para iniciar o para avivar una actividad.
Conjunto de acciones (formas de actuar o de resolver tareas), con un orden, plan o pasos, para conseguir un determinado fin o meta. Se trata de saber hacer cosas, aplicar o actuar de manera ordenada para solucionar problemas, satisfacer propósitos o conseguir objetivos. Forman los contenidos procedimentales.
Término introducido por Le Boterf, entendido como los conocimientos, procedimientos y actitudes que es preciso emplear para resolver una situación. Unos son recursos internos, que posee la persona, tales como conocimientos, procedimientos y actitudes
Valoración, respeto y seguridad que cada persona tiene sobre sí misma, se construye y fortalece por medio de mensajes positivos de cariño y aceptación.
Un grupo de personas que trabajan hacia una meta común para el cual todos son mutuamente responsables.
“Propiedad del texto que selecciona la información y organiza la estructura comunicativa de una manera determinada”. (Cassany, D. (1999). Construir la escritura. Barcelona: Paidós. pág. 30)