La felicidad de Mateo
ateo es un niño. Vive con sus papás. Cerca de su casa viven más niños. Él escuchaba sus pasos. También, cuando corrían o gritaban. Mateo se acercaba a la puerta de cañas. Desde allí veía a las niñas y niños. Ellos iban a la escuela. Los veía sonreír.
Mateo estaba triste. Lo estaba cuando miraba su pierna doblada. Cuando caminaba, la tenía que arrastrar. Mateo es uno de esos niños especiales. Tiene una dificultad en una pierna. Por eso, no quería salir. Tenía temor de asistir a la escuela. Pablo vivía cerca de Mateo. Era su vecino. Un día, Pablo invitó a Mateo a ir a la escuela. Le dijo: Vos, Mateo, andá a dejarme a la escuela. Mateo no quería. Se resistía. Él no sabía que Pablo tenía un plan. Mateo y Pablo llegaron a la escuela. Mateo veía la diversión de todos. Entonces, Pablo le dijo: Vení, unas niñas te quieren hablar. Mateo entró temeroso, pero se sorprendió. Al entrar, vio a muchos niños y niñas. Todos se amarraron una pierna. Querían demostrarle que lo entendían. Mateo jugó bastante ese día. Siguió llegando a la escuela.
Momostenango, Totonicapán