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< El Conflicto Armado Interno y la transformación de conflictos en Guatemala
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La metodología innovadora del IIARS[editar | editar código]

La metodología innovadora del IIARS se centra en la pregunta como principio de aprendizaje. Desde este enfoque, el aprendizaje se produce en el momento en que la o el estudiante duda y cuestiona, reflexiona, relaciona, problematiza y reconoce diferentes perspectivas y sentimientos frente a los hechos. En el proceso de búsqueda de respuestas, las y los estudiantes revisan sus propios esquemas mentales, plantean nuevas preguntas y encuentran algunas explicaciones respecto al mundo en el que viven aunque saben que siempre hay algo nuevo por descubrir.

Renunciando a la tradición de “depositar conocimiento”,Error en la cita: Etiqueta de apertura <ref> sin su correspondiente cierre </ref> y la empatía son fundamentales. Por empatía se entiende “una respetuosa comprensión de la vivencia de los demás”. Aunque este es uno de los valores que se consideran más importantes, en la práctica es más difícil aplicarla de lo que parece.

¿Para qué sirve la empatía?[editar | editar código]

Carl Rogers describió el efecto de la empatía en las personas que la reciben, así: “Cuando [...] alguien te escucha realmente sin juzgarte, sin tratar de responsabilizarse de ti, ni querer cambiarte, sientes algo maravilloso [...] Cuando me prestan atención, me escuchan, soy capaz de percibir mi mundo de una manera nueva y seguir adelante”. “La capacidad de brindar empatía a las personas [...] puede neutralizar la violencia potencial” (Rosenberg: 35).

El enojo y la tristeza son emociones fuertes y son válidas. Las y los estudiantes tienen razones profundas para sentir estas emociones y la empatía es una herramienta muy útil, tanto para la persona que escucha como para la persona que se expresa. La empatía ayuda a percibir a los otros –por ejemplo, a quienes se considera como enemigos– como humanos y no como monstruos.

¿Cómo se puede manejar estas situaciones emocionales?[editar | editar código]

Rogers también explica: “En lugar de ofrecer empatía, solemos ceder a la fuerte urgencia que sentimos de dar consejos o tranquilizar a nuestro interlocutor y de explicarle cuál es nuestra opinión o cómo nos sentimos. La empatía, sin embargo, exige de nosotros que vaciemos nuestra mente y escuchemos con todo nuestro ser a la otra persona” (Rosenberg: 32).

Muchas veces se cree que la persona espera que se le ofrezca una solución para sentirse mejor. En otras ocasiones se reacciona por instinto con un “pero” que profundiza la confrontación en vez de ofrecer una empatía real.

“El elemento clave de la empatía es la presencia, la capacidad de estar totalmente presentes con la otra persona y lo que está sintiendo” y no la respuesta inmediata o la búsqueda de una solución. En la práctica eso significa que es necesario escuchar los sentimientos y las necesidades de la otra persona.

En ciertas ocasiones, una mirada con mucha atención, acercar un vaso de agua o un pañuelo, o dar una palmada en el hombro como signo de empatía, puede ayudar a aliviar el dolor que se está experimentando, pues la persona sabe que hay alguien que está escuchando y que se interesa por lo que tiene que compartir.

Una estrategia para asegurar que se comprendió la información compartida es repetirlo con las propias palabras; esto a su vez, ayuda a que quien está expresándose reflexione lo dicho y/o pueda corregir o profundizar en su idea.

Frente a emociones fuertes como el enojo, otra estrategia útil puede ser la repetición de las ideas expresadas por alguien, haciendo preguntas:

Estrategia Repetir lo observado Repetir lo que la persona está sintiendo y sus necesidades Repetir lo que los otros están pidiendo
“Puedo observar que estás enojado ¿tu reacción se debe a que se expresan aquí posiciones distintas a la tuya?” “¿Te sientes herido (o triste) porque te recuerdas de los hechos y de los momentos en que tu familia necesitó protección?” “¿Te gustaría que te explicara alguien por qué pasó lo que pasó?”

El objetivo de interrumpir con estas preguntas “no es reclamar un espacio para nuestra expresión, sino ayudar a la persona que habla a conectarse con la energía vital que se esconde detrás de lo que dice”. En muchas ocasiones “la gente no se da cuenta de que necesita empatía y tampoco entiende que es más probable que la reciba al expresar sus sentimientos [...] actuales que contando injusticias y penas del pasado”.

Parafrasear, o repetir con nuestras palabras, es otra estrategia útil en estas situaciones. Para ello el tono de voz que se utiliza es muy importante ya que la persona que se está expresando es susceptible de percibir el más mínimo matiz de crítica o sarcasmo. También puede afectarle un tono que sugiera que estamos definiendo lo que pasa en su interior. Es por ello que Rogers afirma que “cuando prestamos una atención consciente para saber cuáles son los sentimientos y necesidades de los demás, nuestro tono de voz revelará que estamos preguntando si comprendimos bien sus palabras y no que estamos afirmando que las entendimos”.

“Detrás de todas las palabras que hemos permitido que nos intimiden no hay más que seres humanos con necesidades insatisfechas que nos piden que contribuyamos a sus bienestar. Siempre que escuchemos lo que los demás nos dicen manteniendo esta actitud, no nos sentiremos ofendidos por lo que puedan decirnos. Sólo nos sentimos deshumanizados cuando nos quedamos atrapados en imágenes despectivas de otras personas o en ideas negativas con respecto a nosotros mismos. Nos sentimos bien cuando empezamos a tomar como un regalo lo que nos dicen los demás y comenzamos a ver lo que antes habíamos interpretado como una crítica o una acusación, como la oportunidad de ayudar a alguien que sufre”.

En el aula es importante agradecer a los estudiantes cuando comparten sus experiencias dolorosas o las de sus familias. Probablemente les cueste mucho hablar sobre estos hechos dolorosos y hasta se sientan avergonzados.

La empatía requiere que las y los estudiantes reciban la “oportunidad de expresarse plenamente”. Si seguimos con mucha rapidez con el tema, se corre el riesgo de prestar atención a los sentimientos. Para ello es posible comprobar si comprobar la persona que se está expresando ha recibido la empatía necesaria. Algunas señales pueden ser que “la tensión se libera” o cuando se da un silencio porque ya se dijo lo que se necesitaba decir. Si queda alguna duda, siempre se puede preguntar: “¿Te gustaría agregar algo más?”

Debemos ser conscientes también de que habrá estudiantes que no querrán compartir sus emociones, sus historias o sus opiniones. Cada persona tiene el derecho de callar cuando se discuten temas tan sensibles, delicados y conflictivos. Si esto ocurre, seguramente las personas tienen razones profundas que les limitan expresarse. Hay que respetarlo y expresar la disponibilidad por si quiere expresase más tarde o en un ambiente más privado.

También hay situaciones en que no logramos crear la empatía necesaria, por ejemplo si las emociones que se presentan contradicen las propias. Especialmente en el tema del Conflicto Armado Interno las posiciones pueden variar y entrar en conflicto con las memorias familiares; puede ser doloroso escuchar el punto de vista de personas que requieren empatía para el actor que se consideró enemigo durante el Conflicto Armado. En este caso, nuestra capacidad para la tolerancia y la empatía realmente se pone a prueba.

También es válido que en algunos casos se sienta imposibilidad de ofrecer empatía e incluso se adquiera una actitud a la defensiva. Para ello se puede responder de las siguientes maneras:

Concentrarse por un momento en las propias emociones y ofrecernos empatía a nosotros/as mismos/as. Expresar la propia necesidad de empatía a las y los estudiantes, es decir, expresar abiertamente que lo dicho afectan nuestra perspectiva y las propias emociones y que se necesita un momento para asimilar las cosas. Retirarse físicamente de la situación. “De esa forma nos concedemos un respiro y la oportunidad de recuperar la empatía que necesitamos para poder volver más tarde en mejores condiciones para enfocar la situación de un modo diferente”.

El abordaje del Conflicto Armado Interno es un verdadero reto para las y los docentes. Tanto para quienes no creen tener una relación con el tema, como para quienes tienen una relación directa con él, pues el contenido y las discusiones pueden hacer aflorar muchas emociones. Es por ello que cada docente debe tener muy consciente su situación personal y dar un tratamiento a las emociones y sentimientos experimentados y reconocerse como sujetos de esa historia y no únicamente como responsables de transmitirlo a las nuevas generaciones. Puede ser de gran ayuda si tenemos docentes aliados con quienes podamos compartir las experiencias o mejor aún, si se trata de un proyecto del centro educativo y todo el cuerpo docente asume el reto.

Una clave es asumir la perspectiva de que incluso las ideas contrarias, las discusiones y debates pueden contribuir a la profundización del análisis del tema desde diferentes perspectivas, siempre que se realice en un clima de respeto. Si ocurre esta situación, estaremos presentando a las y los estudiantes una imagen muy real de la realidad guatemalteca y de la diversidad característica de todas las sociedades. El reto estará en transitar de las formas autoritarias de enfrentar la diferencia y el conflicto, hacia formas más democráticas. En este sentido, más allá de abordar el tema del Conflicto Armado, estaremos desarrollando competencias orientadas a la construcción de ciudadanía.

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Término utilizado, a menudo, como un saber hacer. Se suele aceptar que, por orden creciente, en primer lugar estaría la habilidad, en segundo lugar la capacidad, y la competencia se situaría a un nivel superior e integrador. Capacidad es, en principio, la aptitud para hacer algo. Todo un conjunto de verbos en infinitivo expresan capacidades (analizar, comparar, clasificar, etc.), que se manifiestan a través de determinados contenidos (analizar algo, comparar cosas, clasificar objetos, etc.). Por eso son, en gran medida, transversales, susceptibles de ser empleadas con distintos contenidos. Una competencia moviliza diferentes capacidades y diferentes contenidos en una situación. La competencia es una capacidad compleja, distinta de un saber rutinario o de mera aplicación.

Espacio vital en el que se desarrolla el ser humano. Conjunto de estímulos que condicionan al ser humano desde el momento mismo de su concepción.

En sentido descriptivo, el estado legal que garantiza la pertenencia a una comunidad política o nación. Como tal, garantiza un conjunto de derechos y deberes para los miembros reconocidos como ciudadanos. Además, en sentido normativo, que es el que más importa educativamente, la ciudadanía implica la condición de participar activamente en los asuntos públicos, de modo autónomo y asumiendo las responsabilidades que le correspondan. Un ciudadano es alguien que pertenece plenamente a su comunidad, que tiene en virtud de ello ciertos derechos y los correspondientes deberes, y que participa activamente en la vida pública. Estatus legal que otorga un conjunto de derechos y deberes, pertenencia a una comunidad con una identidad propia y capacidad para participar son, pues, tres caracteres que definen una concepción actual de “ciudadanía”.