¿Cómo podemos abordar el problema?

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Todo el centro educativo debe participar en la solución de este problema, más allá de tratar los casos individuales. Es importante la participación activa de todos los miembros de la comunidad educativa, procurando mejorar la calidad de las relaciones sociales en el aula, incluyendo las relaciones entre estudiantes, las de éstos con sus maestros y las relaciones entre las familias y la escuela.[1][2]

Se propone que el maestro o la maestra visualice la situación desde un enfoque sistémico, basado en el análisis y la intervención. Que la comprendan dentro de un contexto (el escolar), que a su vez forma parte de un sistema mayor, que remite a las formas de organización social, las creencias y los estilos de vida que prevalecen en una cultura o subcultura.[3]

El maestro o la maestra intervienen directamente, por lo que deben estar conscientes de las variables que afectan la situación y de las múltiples causas del problema.

En este documento, se presentan los elementos esenciales para una acción exitosa desde una perspectiva ecosistémica, integral, que considere las causas del problema. Luego, se analizan algunas creencias erróneas frecuentes, así como se proponen acciones para el abordaje del acoso escolar en el centro educativo.

La guía establece recomendaciones básicas en torno al acoso escolar:
  1. Pautas para identificar y prevenir el acoso escolar. En este sentido se examinan tres factores básicos que influyen en el clima escolar, y que pueden contribuir a mayor o menor incidencia en la institución: los prejuicios, la empatía y la resolución de conflictos.
  2. Recomendaciones para actuar ante las situaciones específicas y sus protagonistas: testigos, agresores y víctimas. Es importante subrayar la importancia de trabajar con los testigos como pieza clave en la intervención. Un estudio canadiense reveló que el acoso se detuvo en el 57% de los casos en los que los testigos intervinieron.[4] Si la mayoría de alumnos desaprueba el acoso escolar, es menos probable que éste suceda.
  3. Acciones para mantener la comunicación e involucrar a los padres y madres de familia en estas intervenciones, reforzando la idea de que el acoso escolar es un problema de todos dentro de nuestra comunidad educativa y que la situación en las familias influye altamente en el comportamiento en las escuelas.

Referencias[editar | editar código]

  1. Espelage, D. L., Swearer, Susan M., (2004). Bullying in American schools: A social-ecological perspective on prevention and intervention, (pp. 1-12). Mahwah, NJ, US: Lawrence Erlbaum Associates Publishers, xxi, 385 pp.
  2. Maton, K., Schellenbach, B., Leadbeater, B.J., y Solarz, A.L. (2004). Investing in Children, Youth, Families, and Communities: Strengths-Based Research and Policy. American Psychological Association. Washington, DC, 367 pp.
  3. Espelage, D.L., Swearer, S. (2003). Research on School Bullying and Victimization: What Have We Learned and Where Do We Go from Here?. School Psychology Review, 32.
  4. Hawkins D. y cols. (2001). Naturalistic Observations of Peer Interventions in Bullying. Social Development, 10: 512-527.

En el continuo de coaching es el rol de ser muy directo y enseñar, mostrar, guiar, etc.