La importancia de las consecuencias positivas
Resultados de investigación[editar | editar código]
Uno de los principios mejor establecidos del aprendizaje es que el alertar acerca de las consecuencias positivas inmediatas, puede dar como resultado un comportamiento repetido. A este proceso se le conoce como reforzamiento positivo. De manera similar, aumentar los incentivos positivos como una alternativa para tratar conductas problemáticas, puede dar como resultado una disminución de estas últimas. En el ámbito social, el trabajo de los economistas muestra claramente que cambiar los incentivos que tienen que ver con el dinero produce cambios en las prácticas comerciales y sociales. Si los adultos señalan las consecuencias positivas a los niños cuando tienen un comportamiento de cooperación, una manera pacífica de resolver un conflicto o tienen una relación con compañeros que realizan actividades favorables, entonces los niños se mantienen alejados de los comportamientos problemáticos. Además, la mayoría de los programas efectivos de prevención que se ponen en operación cuando los niños ingresan a la escuela por primera vez, o aquellos dedicados a los padres de niños agresivos, enseñan a los adultos a utilizar la práctica de alertar a sus hijos acerca de las consecuencias positivas de manera sistemática. Con esta práctica los adultos alientan a los niños a desarrollar hábitos positivos.
Los estímulos de carácter positivo se dan de muchas maneras, pueden ser tangibles (como el dinero) o sociales (como los elogios). Otros ejemplos de consecuencias positivas que pueden mejorar el comportamiento tienen que ver con el otorgamiento a los niños de privilegios adicionales y de las oportunidades que ellos deseen. Otras consecuencias, como la atención de los demás, pueden ser más sutiles aunque igualmente efectivas. Los padres, los maestros y otros adultos o compañeros pueden señalar consecuencias positivas a los niños. De la misma manera, los adultos y niños pueden proporcionar un ambiente positivo que ayude a los adultos a desplegar un comportamiento más positivo.
Las consecuencias positivas pueden alentar, involuntariamente, una conducta problemática. Un adolescente que gana el dinero que necesita vendiendo droga, puede vender o consumir drogas; un joven que de forma rutinaria gana la atención de sus compañeros ignorando la ley puede continuar con esa conducta.
En la escuela y en la comunidad[editar | editar código]
- Los maestros deberán señalar las consecuencias positivas, encaminadas a los logros sociales y académicos, en particular entre niños y jóvenes que tienen frecuentemente malos comportamientos.
- Las consecuencias pueden tomar diferentes formas: la atención positiva, los elogios, los privilegios, el acceso a actividades adecuadas, los premios o el dinero pueden funcionar como consecuencias positivas. Los niños con problemas de comportamiento pueden necesitar reforzamientos positivos más frecuentes, inmediatos o más significativos para mejorar su comportamiento, a diferencia de los niños con menos problemas. Sin embargo, todos los niños se pueden beneficiar cuando se les hace saber que han hecho un buen trabajo, ya sea social o académicamente.
- Los maestros que atienden a una gran cantidad de niños con problemas de comportamiento deberán examinar si los adultos u otros niños están aportando ejemplos de consecuencias positivas inadvertidas (en particular, la atención) hacia el comportamiento que desean desalentar. Modificar el ambiente puede ser útil en una situación como esta, de manera que los niños reciban atención o privilegios para propiciar un comportamiento social y académico más positivo.
- Muchos programas ayudan a enseñar a padres y maestros a utilizar el esquema de consecuencias de manera efectiva. Las escuelas pueden ofrecer programas para adultos, con el fin de ayudar a los niños a desarrollar más hábitos reconocidos socialmente.
- Los adultos también necesitan conocer las consecuencias positivas. Quienes tienen poder de decisión, como administradores y maestros, deben apoyar, elogiar y reconocer el uso efectivo que hacen los administradores escolares y los profesores de los diferentes principios que marcan una diferencia en la prevención y reducción de problemas de conducta en niños y adolescentes.
Referencias[editar | editar código]
- Forehand, R.; Long, N. (1996). Parenting the strong-willed child. Chicago, IL, Contemporary Books, Inc.
- Walker, H. (1995). The acting-out child: coping with classroom disruption, 2a. ed. Longmont, CO, Sopris West.
- Walker, H.; Colvin, G.; Ramsey, E. (1995). Antisocial behavior in school: strategies and best practices. Pacific Grove, CA, Brooks/Cole Publishing Co.
Espacio vital en el que se desarrolla el ser humano. Conjunto de estímulos que condicionan al ser humano desde el momento mismo de su concepción.