Introducción
La enseñanza por medio de un preceptor puede definirse como la ayuda o apoyo en el aprendizaje, proporcionado por aquellas personas que no son maestros de profesión a otros de manera interactiva, útil y sistemática. Generalmente se hace de persona a persona, en pareja. Los preceptores pueden ser padres u otros adultos, hermanos y hermanas, otros miembros de la familia, otros aprendices del grupo, o varios tipos de voluntarios. Niños tan pequeños como de cinco años han aprendido a enseñar de una forma efectiva. Cualquiera puede ser un preceptor- cualquiera puede ayudar a alguien con algo. Al ayudar a otros a aprender, los preceptores pueden a menudo ellos mismos aprender. La enseñanza es una práctica muy antigua. Era común en la antigua Grecia y Roma, y está planteada en textos antiguos desde antes de entonces. A través de las siglos ha crecido y bajado su popularidad, pero nunca ha desaparecido. Los preceptores no necesitan ser expertos en el contenido ó arte que enseñan. Pero normalmente es mejor si saben un poco más que sus alumnos. (La palabra alumno se usará en este libro como aquél que es preceptuado.) De cualquier forma, si los preceptores son mucho más avanzados que sus alumnos, es posible que ellos se aburran del contenido a enseñar, y no ganen mucho para sí.
La enseñanza no necesita forzosamente material especial. Los preceptores no deben tratar de limitarse en lo que piensan que un profesional pueda hacer, pues ellos no tienen el suficiente conocimiento para alcanzar este nivel. Los preceptores no deben apoyar, apresurar, o apuntar al alumno hacia la respuesta correcta. La enseñanza puede ser eficaz en diferentes formas para distintas parejas. Comparándola con la enseñanza profesional, puede dar:
- más práctica;
- más actividades y variedad;
- más ayuda individualizada;
- más preguntas
- vocabulario sencillo;
- más modelos y demostración;
- más ejemplos relevantes en lo particular;
- una amplia explicación de dudas;
- mayor estímulo y autocorrección;
- más reaprovechamiento inmediato y premiación;
- más oportunidades para generalizar;
- mayor idea del aprendizaje (metacognición); y
- mayor autoregulación y propiedad en el proceso de aprendizaje.
Ambos, alumno y maestro deben también: aprender a dar y recibir reconocimiento, desarrollar destrezas sociales y ampliar contactos, desarrollar destrezas de comunicación (escuchar, explicar, preguntar, resumir), y desarrollar mayor autoestima. Formas sencillas de enseñanza, enfocadas en ejercicios y práctica, no explotan todo el potencial de la enseñanza. Sin embargo, la enseñanza tiene sus riesgos.
Mientras que un preceptor puede ofrecer una gran cantidad de apoyo individual que lo que un maestro calificado puede ofrecer, la calidad de ese apoyo, es más seguro que sea mucho más pobre que la de un profesor. La detección de errores y conceptos errados por los preceptores puede ser menos veraz que la detección hecha por los profesores. Los tutores pueden decir o enseñar a sus alumnos algo que es en realidad incorrecto, es decir refuerzan errores. Los preceptores puede que sean impacientes y decirle a su alumno la respuesta correcta, o hacer la tarea por ellos, en tal caso el alumno aprenderá muy poco.
La enseñanza puede ayudar con los deberes del colegio o escuela, o con cualquier tipo de trabajo de aprendizaje en cualquier lugar. Sin embargo, el preceptor puede que no esté seguro de cómo exactamente el colegio quiere que el trabajo sea hecho- especialmente si ha sido mucho el tiempo que ha transcurrido desde que éste fue al colegio. Recuerde que no se espera que los preceptores lo sepan todo. Ellos deben estar siempre listos para admitir que ‘no están seguros’ o que ésta es la manera que ellos conocen, pero no es la única manera’. A pesar de estas posibles dificultades, una gran parte de evidencia encontrada en la investigación muestra que la enseñanza puede ser una muy efectiva -y rentable forma de alcanzar el éxito (Bloom,1984; Cohen, Kulik & Kulik,1982;Devin-Sheehan, Feldman & Allen, 1976; Levine, Glass & Meister, 1987; Rohrbeck et al., 1999; Sharpley & Sharpley, 1981; Topping & Ehly, 1998: Walberg & Haertel, 1997).
No obstante, dadas la posibles fallas así cómo las ventajas de la enseñanza reseñadas aquí, es importante que la enseñanza esté bien estructurada y que sea de buena calidad. La efectividad reportada en los libros de texto no asegurará la misma efectividad ahí donde usted se encuentra. La calidad de implementación es crucial. Los preceptores deben acertar en como pueden ayudar, y en cómo no. Diez Principios basados en investigación para una eficaz enseñanza son dados y discutidos en este folleto. Estos principios son de tres tipos:
- Principios generales de como enseñar (Capítulos 1-4) - para preceptores;
- Principios de como enseñar a leer, a escribir y matemáticas (Capítulos 5-7)- para preceptores; y
- Principios de como organizar la enseñanza (Capítulos 8-10)- para profesores y organizadores de enseñanza.
Referencias y sugerencias para una lectura posterior pueden encontrarse al final del folleto.
Lo que estimula o incita a hacer algo.
Valoración, respeto y seguridad que cada persona tiene sobre sí misma, se construye y fortalece por medio de mensajes positivos de cariño y aceptación.
Fase de desarrollo o puesta en práctica de un currículum o programa educativo. Comprende el conjunto de procesos encaminados a adaptar el plan innovador. Puede ser juzgada en función de su “fidelidad” al diseño oficial o, por el contrario, por la adaptación propia que se hace a los contextos específicos.